¿Que el costosísimo (incluyendo comisiones) Metro de Santo Domingo se está envileciendo? ¿Que sus estaciones se arrabalizan? ¿Que sus ascensores y escaleras eléctricas son un desastre? ¿Qué por todos lados hiede a mierda? Bueno, otros países del Tercer Mundo que operan metros se asombrarán de que este “portento” no funcione por esto, por aquello o por lo otro (como siempre, con todas las excusas y pretendidas justificaciones de la burocracia). Es que esos países ignoran que el Estado Dominicano, como demostró Jimenes Grullón, es una ficción. He aquí otro hecho que lo ilustra.