Por Ramón Mercedes
Nueva York.- El presidente del Comité del Dominicano en el Exterior (Codex), Máximo Padilla, afirmó que al patricio Juan Pablo Duarte lo han cambiado por el activista puertorriqueño Luis Miranda, y la efigie y espada de Gregorio Luperón por la figura del alcalde de esta ciudad, Bill de Blasio.
El líder comunitario expresa que el “Desfile Dominicano de Manhattan” y el “Desayuno Anual del Desfile”, esto último organizado por el senador Adriano Espaillat en el alto Manhattan, y ambas actividades dirigidas exclusivamente a la comunidad dominicana en esta Metrópoli, la han desnaturalizado totalmente, y los culpables son los oficiales electos, en contubernio con algunos malos criollos “encumbrados”.
Señaló que el Codex hubiese preferido al reverendo Rubén Díaz en recibir cualquier premio a nombre de nuestro patricio “Juan Pablo Duarte”, porque ha hecho muchísimos por los dominicanos, mientras que Miranda lo que ha hecho es aprovecharse de la comunidad criolla.
Recientemente el electo candidato al Congreso Federal, y actual senador Espaillat, al entregarle el premio a Mirando dijo “es por sus contribuciones sociales y políticas al Alto Manhattan”.
Padilla indicó que lo que menos que hubo fue un Desfile Dominicano, porque el mismo se efectuó entre políticos para que se vea que ellos tienen un control, pero no hubo la cantidad de gentes como en años anteriormente, y esos políticos lo que están enviando es un mensaje falso, engañoso, porque no tienen la aceptación en la comunidad, por sus malas actuaciones.
Condenó que se haya desnaturalizado la importancia de la parada y las mujeres escogidas, en su mayoría, sean socias de la ciudad y con funciones en empresa privadas de ejecutivas que le impiden dedicarle tiempo y trato a nuestras gentes, dejando claro que esa organización, creada para difundir el folklor, costumbre y tradición quisqueyana, es una casta.
Reiteró que las gentes del Desfile, sus asesores y portavoces, no están conectados con la comunidad, porque si hubiese sido así no seleccionan únicamente esas 25 mujeres, sino también a heroínas anónimas dentro de nosotros mismos, que sí son de la comunidad, viven en la comunidad, comparten con la comunidad y les resuelven problemas a la comunidad, entre otras cosas.
Cito a Marilú Galván, del Centro Cívico Cultural Dominicano, Silvia Smith, de Washington Heights Multi Cultural Center, la activista Edith Torres, María Luna, la delegada ante la convenciones, a Carmen Rojas, a la doctora Nurys de Oleo, Dinorah Coronado, la periodista Mirtha Piña, que son emblemas dentro de nuestra comunidad, sostuvo.
Dijo que otros casos patéticos son la señora que vende habichuela con dulce, maíz chaca, majarete, platos autóctonos nuestros, haciéndolo por más de 30 años con frio, nieve, lluvia y calor, los 365 días del año, en la calle 182 con la avenida Saint Nicholas, para que la nueva generación conozca que el trabajo dignifica al hombre o mujer.
"Los directivos del Desfile debieron entregar un reconocimiento póstumo a los familiares de Sarath Vidal, una trabajadora que luchó y logró que se formara el distrito seis; Grecia Cabral y Ana Mención, que fueron monumentos a la integridad, dominicanidad, principios, valores y costumbres nuestras; pero no, ellos prefieren buscar y compartir con nombres sonoros; esto es un crimen de lesa Patria que están cometiendo", indicó Padilla.
Expresó que muchos de esos políticos, para justificar sus funciones, capitalizan los escenarios de la comunidad para que vean e interpreten que están con ella, "cuando en realidad lo que han hecho es dividirnos, maltratarnos, y cogernos de tontos, distanciándose del papel que tienen que desempeñar".