En su discurso de toma de posesión del pasado martes, el presidente Danilo Medina trazó una meta muy clara y precisa en términos económicos para su nueva gestión de gobierno: Desarrollar un plan agresivo y firme para reducir los niveles de pobreza y de pobreza extrema en nuestra nación.
Danilo dijo que esa meta conlleva necesariamente la necesidad de darle mayor calidad al gasto público, de manera que no se dilapiden recursos de manera innecesaria, pero sobretodo dijo que una de los grandes retos de esta nueva gestión es incrementar los ingresos del gobierno, ya que la mayor parte de las instituciones estatales, con excepción del Ministerio de Educación, tiene el mismo presupuesto de hace 5 años. Y así no se puede avanzar con pasos firmes.
Danilo quiere más bienestar para las grandes mayorías. Aspira a reducir los niveles de pobreza, fortalecer la clase media, realizar un aumento significativo de salarios de los servidores públicos y continuar desarrollando las visitas sorpresas para ayudar a la población marginada y excluida. Pero para eso se necesitan muchos más recursos para el estado. El presidente Medina lo planteó muy claro cuando dijo: “El desarrollo que deseamos debe ser financiado. Y debemos lograr que se financie con justicia social, con equidad y con transparencia”.
Y ese financiamiento del desarrollo implica necesariamente una manera de conseguir mayores ingresos para los proyectos sociales y humanos que tiene programado el gobierno. Danilo ha demostrado un gran compromiso social y ha desarrollado una gran cantidad de política públicas cuyos beneficios van de manera directa a incrementar el bienestar de la gente. Pero esas políticas públicas necesitan ser ampliadas y extendidas, y para eso debemos incrementar la capacidad económica del estado.
Uno de los grandes retos para lograr esa meta está en la firma de un Pacto Fiscal que permita iniciar el financiamiento del progreso que necesitamos con “justicia social, equidad y transparencia”. Y si bien es cierto que el gobierno debe cualificar y transparentar el gasto público, no es menos cierto que se debe reducir la evasión fiscal e incluir a los sectores que no pagan impuestos, que los incentivos fiscales innecesarios y anti-históricos deben ser eliminados y que los empresarios deben ser parte fundamental de los aportes a este nuevo financiamiento del progreso que aspiramos.
Consciente de ese nuevo reto y de lo implica la discusión de ese Pacto Fiscal, que es un compromiso de Danilo y su gestión, las decisiones tomadas con la conformación del nuevo gabinete económico llevan a concluir que el gobierno se está preparando para que esa discusión sean efectiva, honesta y productiva, y que gobierno, sociedad y sector privado puedan sacar las mejores conclusiones.
Un equipo económico conformado por profesionales experimentados y probados de la talla de Hector Valdez, Donald Guerrero, Magín Díaz, Enrique Ramírez, Isidoro Santana, Simón Lizardo, Temistocles Montás, Luis Reyes, Rafael Germosen, Alberto Perdomo y otros, es una garantía de que el gobierno va a la discusión del Pacto Fiscal con una visión clara y con total transparencia.
Danilo se ha puesto como meta principal de esta nueva gestión aumentar el bienestar de la población y sacar cerca de un millón de pobres de la su condición de marginalidad y pobreza. Y se prepara para ello. Este nuevo equipo económico es una muestra de la firmeza y la visión de Danilo para lograr esa importante meta, para bien del presente y el futuro de la nación.