Por Ramón Mercedes.-Nueva York.- La impactante noticia de que el dominicano Oscar Morel había asesinado a dos religiosos musulmanes a mediado del presente mes causó impacto e incredulidad, no solo entre la comunidad criollo en esta ciudad, sino en otras etnias, pero en los últimos días su arresto y acusación está trayendo confusión entre los neoyorquinos.
En la prensa local se ha informado que Morel, en breves declaraciones a medios locales en un salón de la cárcel de Rikers Island, antes de ser procesado como interno para ocupar su celda expresó “No era yo, no odio a los musulmanes, soy inocente, no estaba en la escena de los crímenes, y ese que se ve en el vídeo no era yo”.
Días después el quisqueyano compareció brevemente frente a una jueza en la Corte Criminal de Queens, atado con cadenas en los pies, las manos y la cintura, y el fiscal Peter McCormack proclamó que en la línea de sospechosos que hizo la policía el pasado 15 de agosto, uno de los testigos identificó como el asesino a otra persona y no a Morel, quien precisamente vuelve este lunes a corte.
Su defensor Michael Schwed, un abogado de oficio especializado en homicidio, sostuvo que “esto indica que hay algo perjudicial en la forma que se realizó la alineación”.
El criollo está acusado de asesinato en primer y segundo grado, y porte criminal de un arma de fuego, por haber matado a tiros al imán (líder) Maulama Akonjee, 55 años, y su asistente Thara Uddin, 64, después que las víctimas salieron de un oficio en la mezquita.
En un vídeo de seguridad se ve a un hombre, como arrastrándose despacio, para posicionarse y luego disparar por la espalda y a las cabezas de ambos líderes islámicos.
La policía dice que el examen de balística a un revólver encontrado en el sótano donde vivía Morel dio positivo, y que otras evidencias lo conectan y lo ubican en la escena de los homicidios.
Si es encontrado culpable se enfrenta a dos cadenas perpetuas consecutivas (200 años) en la cárcel, sin derecho a fianzas
Por su parte, el jefe de detectives investigadores de la policía neoyorkina, Robert Boyce afirma que “tienen evidencias muy convincentes, como el arma, el vídeo y otras. Es evidente que fue él”, sostiene el alto oficial policial, ante la negativa de Morel.