Washington, 23 ago (PL) La disputa sobre el uso indebido de los correos electrónicos por Hillary Clinton constituye una sombra que amenaza acompañarla durante el resto de la campaña electoral, señala hoy el diario The New York Times.
Esta situación se agrava después que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) informó que recolectó cerca de 15 mil nuevos emails en su investigación contra la exjefa de la diplomacia norteamericana, y de que el juez federal James E. Boasberg ordenara el lunes al Departamento de Estado acelerar la publicación de estos textos.
De acuerdo con el Times, miles de mensajes que ella no entregó voluntariamente pudieran ser publicados pocas semanas antes de las presidenciales del 8 de noviembre.
La orden de Boasberg se dio a conocer el mismo día en que una organización conservadora publicó centenares de correos electrónicos de la más cercana colaboradora de Clinton, Huma Abedin.
Los nuevos textos pudieran salir a la luz en octubre, pues el Departamento de Estado dio a conocer los anteriores de acuerdo con una programación mensual durante casi un año, a pesar de que incumplió varias fechas topes impuestas por los tribunales, con el pretexto de evitar la filtración de datos secretos al público.
Aunque la conclusión inicial del director del FBI, James Comey, fue que Clinton utilizó de forma incorrecta su servidor privado para comunicaciones oficiales, el funcionario aclaró en julio que no recomendaba presentar cargos criminales contra ella.
Sin embargo, el Times advierte que la publicación de nuevos textos de la exsecretaria de Estado sugiere que el tema no desaparecerá de la palestra pública tan fácilmente y por tanto continuará impactando en los esfuerzos de campaña de Clinton.
Entretanto, el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, considera que la exprimera dama parece incapaz de decir la verdad, por lo que el proceso de revisión de los emails debe hacerse de forma expedita y todos deben estar a disposición de los ciudadanos antes del día de las elecciones generales.
Por otra parte, el candidato del partido rojo, Donald Trump, exigió la víspera que el Gobierno federal nombre un fiscal independiente que investigue el escándalo y llegue a una conclusión objetiva.
Trump aseguró que el Departamento de Justicia actuó de forma muy poco ética, y criticó particularmente la larga reunión que sostuvo la Fiscal General, Loretta Lynch con el expresidente William Clinton poco después de la decisión de esa agencia de no procesar a la aspirante demócrata como hubiera hecho con cualquier otro ciudadano.
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