SANTIAGO.- Decenas de policías municipales no pudieron esta mañana realizar el censo que el alcalde, Abel Martínez, anunció ayer se realizaría en el barrio Pueblo Nuevo, para determinar los vendedores que ofertan mercancías en el mercado informal de los jueves, que no pudo ser celebrado hoy.
Aunque los empleados municipales se presentaron temprano en la zona, provistos de formularios para cumplir con la encomienda, en términos generales la logística falló.
Todo porque, al no permitirse la realización del mercado de pulgas, y aunque los vendedores en su mayoría asistieron, apenas se dio inicio al proceso porque la confusión reinante impidió cumplir con ese propósito.
Ayer, el alcalde Martínez informó que el mercado no se realizaría este jueves y que, en su lugar, se realizaría el censo para determinar la cantidad de vendedores, quienes serían reubicados la semana próxima en otro lugar que el lunes será informado públicamente.
Sin embargo, ante la imposibilidad de identificar adecuadamente a los miles de vendedores, los policías municipales los invitaban a retirarse del lugar y regresar el próximo jueves, cuando se les permitirá vender sus mercancías y que en el transcurso de esa actividad, se realizará el censo.
El objetivo de esa disposición es propiciar que estén en sus lugares habituales lo que, de acuerdo a los empleados municipales, haría más efectiva la realización del censo.
Desde esta madrugada cientos de vendedores, mayoritariamente haitianos, se presentaron a ocupar sus lugares de expendio, y muchos de ellos aseguraron que no tenían conocimiento del acuerdo anunciado al caer la tarde de ayer por el alcalde Abel Martínez y el vocero de los vendedores, Luís Alberto Jiménez, en el transcurso de una rueda de prensa celebrada en el edificio municipal.
Por eso, colocaron sus mercancías en sus lugares habituales, pero tuvieron que recogerlas poco después, ante la petición de los policías municipales, quienes les garantizaban que el lunes próximo se les permitirá laborar.
Mientras se desarrollaban esos acontecimientos, miembros de la Policía Nacional se mantenían en los alrededores en labores preventivas. Habitualmente los vendedores en su mayoría se establecen allí en horas de la noche del miércoles, pero ayer no pudieron hacerlo, en vista de que previamente el área fue virtualmente tomada por unidades policiales, las que impidieron que esa pretensión se consumara.
Ayer, Martínez sostuvo que con ese levantamiento se buscará crear el orden necesario en las calles de ese sector santiaguero y zonas vecinas, hasta donde llegó a expandirse el mercado en los últimos años y que el jueves próximo se reiniciaría en otro lugar que se daría a conocer el lunes entrante.
Empero, el alcalde santiaguero garantizó que en el nuevo escenario del mercado de pulgas primarán la higiene, la paz pública y el orden, contrario al caos que caracterizó el que fue prohibido la semana pasada.
“Entre la Alcaldía y los vendedores ha primado el diálogo, que va encaminado a que en Santiago exista orden, pero que ellos puedan acceder a realizar sus ventas, pero en el marco del respeto de las normas necesarias de higiene, organización y disciplina que amerita una ciudad como la nuestra”, recalcó Martínez en esa ocasión.