Oportuno ha sido el gesto del alcalde David Collado de mostrar al presidente Danilo Medina un trato diferente al que le han dispensado el Partido Revolucionario Moderno y su ex candidato presidencial, Luis Abinader, que no solo les han regateado el reconocimiento de un triunfo alcanzado con el mayor porcentaje de la historia democrática, sino que apostaron al deslucimiento de su toma de posesión.
Su visita a Palacio para reunirse con el mandatario, deja claro que su actuación como alcalde, será de respeto y colaboración recíproca, que fue la postura anunciada por Danilo Medina, desde la tarde siguiente a las elecciones generales, cuando se proclamó ganador y anunció su disposición de trabajar armoniosamente con todas las autoridades electas, las de su partido y las de la oposición, con el interés de enfrentar los graves problemas de la nación.
David resumió los objetivos de la visita en tres temas vergonzantes: el abandono de los cementerios, la insalubridad y suciedad de los mercados agropecuarios, y el erial que representa la parte que está debajo del elevado en la zona de la Duarte con París, pero es evidente que otro punto importante era el tema de los empleados peledeístas en el Cabildo capitaleño.
Es natural que un incumbente de un partido distinto al del saliente, tenga el compromiso de crear espacios para dar empleos a parte de su gente, pero no es lo mismo hacerlo sin el gesto de advertirlo, para que en la medida de lo posible, se propicien reubicaciones y la situación resulte menos traumáticas para personas que dependen exclusivamente de los ingresos de su empleo.
El mensaje del encuentro es tranquilizador no solo para los munícipes del Distrito, que no serán víctimas de las diferencias políticas entre el presidente de la República y el ejecutivo municipal, porque eso no impedirá un trabajo conjunto en beneficio de la ciudad, sino que además ese espíritu se refleja en los ciudadanos de once municipios, que entran y salen diariamente del Distrito Nacional, que es donde desarrollan su principal actividad laboral o de estudios, o donde gestionan servicios de salud, de documentos o visitan las distintas instituciones gubernamentales.
El alcalde del Distrito Nacional es también el líder de esa conurbación y está comprometido con soluciones que mejoren el desempeño de la vida cotidiana de todo el que hace vida en la ciudad de Santo Domingo.
El gobierno necesita el respaldo decidido de todos los cabildos de la Mancomunidad para trabajar con éxitos el plan de saneamiento y rehabilitación de los Ríos Isabela y Ozama, que el presidente se ha comprometido a impulsar emulando el programa Cultivando Agua Buena que se lleva a cabo en la cuenca brasilera del Río Paraná.
En la conurbación que encabeza el Distrito Nacional vive el 40% de la población general del país y se acumula la mayor cantidad de desechos sólidos vertidos a cielo abierto y sin una política de reciclaje que permita convertir la basura en riqueza, que es un tema que solo puede encontrar solución unificando todas las voluntades.
El país ha disfrutado de una dinámica económica que se refleja en el enorme crecimiento del parque vehicular, pero escasean los lugares para estacionamientos, y muchas personas se resisten a limitar el vehículo para usos ocasionales por la pésima calidad del transporte público y el temor a la delincuencia.
Esos y otros desafíos convocan al trabajo en unidad.