Los desplazados en toda la región afectada suman más de tres mil ubicados en improvisados campamentos hasta tanto el gobierno decida una más estable ubicación para levantar sus nuevas moradas.
Por Silvia Martínez Puentes*
Roma (PL) En el centro de Italia la fuerza de la naturaleza se ensañó sin piedad en pintorescos y tradicionales poblados donde privó de la vida a 293 personas, el peor de los daños, y redujo a polvo centenarias joyas arquitectónicas y obras de arte.
El ministro de Bienes Culturales, Darío Franceschini, calificó de complicado el panorama en las localidades castigadas por el sismo, donde unos 300 palacios históricos, iglesias, monasterios y monumentos -datos preliminares- fueron destruidos o dañados.
Construcciones levantadas entre los siglos XIII y XVIII e imponentes iglesias medievales están entre las reliquias perdidas en Amatrice, Accumoli y Norcia por el sismo de 6,0 en la escala de Richter del pasado 24 de agosto, según datos de Protección Civil, fuente también del número de muertos y heridos.
Los desplazados en toda la región afectada suman más de tres mil ubicados en improvisados campamentos hasta tanto el gobierno decida una más estable ubicación para levantar sus nuevas moradas.
Pese a la catástrofe, que no es la primera -sucede más menos cada 15 años con parecida intensidad-, los pobladores insisten en vivir en el lugar donde nacieron, apegados a sus costumbres y tradiciones, donde encuentran mayor sentido a sus vidas.
"Abandonar estos lugares sería asesinarlos por segunda vez", dijo el obispo de Rieti, durante la homilía de la misa fúnebre celebrada en Amatrice.
AMATRICE REDUCIDA A POLVO
Ese poblado de la provincia de Rieti (región del Lazio a la cual pertenece también Roma), rodeado por las montañas de los Apeninos, una belleza natural difícil de poder abandonar, tiene algo más de dos mil 600 habitantes.
Las raíces de Amatrice son milenarias. Se han descubierto en la zona restos arqueológicos correspondientes a tiempos prehistóricos.
También fueron hallados restos de edificios y tumbas romanas. Existen registros escritos de su existencia como ciudad que datan del año 1012.
La magnífica fachada de San Francisco, construida en el 1300, está partida y perdió su óculo. En su interior cuelgan pinturas del siglo XIV, aún sin valoración de daños.
Razones suficientes por las que Amatrice esté desde el 2015 en la lista de los miembros del Club "Los pueblos más bellos de Italia" y sea conocida además como la ciudad de las 100 iglesias.
Entre los templos destaca la basílica de San Francisco de Asís, erigida en el siglo XIV y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, cuya fachada quedó destruida por el movimiento violento de la tierra. En ruinas quedó también el Museo Cívico de Amatrice ubicado en la iglesia de San Emidio donde igualmente fueron dañados frescos pertenecientes al siglo XIII y otras valiosas obras de arte.
Entre ellas figuran antiguas estatuas de madera, telas y pinturas en tablas de Nicola Filotesio, pintor, escultor y arquitecto, mejor conocido como Cola dell’Amatrice, lugar donde nació en 1480, devenido todo un símbolo para los pobladores del lugar y cuya estatua erigida en bronce a su memoria quedó también hecha pedazos.
De igual modo la iglesia de Santâ€ÖAgostino en el sur de esa localidad, una de las instalaciones más visitadas por los turistas dada su antigüedad y valores artísticos también sufrió importantes afectaciones.
"SPAGUETTI ALL´AMATRICIANA" DEVENIDO SÍMBOLO DE SOLIDARIDAD
En este pueblo precisamente surgió el famoso "spaghetti all’Amatriciana". Historias muy difundidas por estos días cuentan cómo los pastores preparaban la salsa con los ingredientes a su disposición en la montaña cuando seguían a sus rebaños en los traslados de invierno y verano.
La salsa Amatriciana lleva espagueti, tomate fresco y pelado, cerdo o panceta, cebolla, ají chileno seco, queso rallado, sal y pimienta molida.
Este sabroso plato se difundió a nivel nacional en Italia en 1800, cuando por la crisis del pastoreo muchos amatricianos emigraron a Roma y consiguieron trabajo en restaurantes de la ciudad.
Para tres días después del terremoto estaba previsto que en este lugar se realizara, como es tradición el último fin de semana de cada agosto, la 50 edición de una feria dedicada a ese plato con la acostumbrada asistencia de personas de las más distantes latitudes.
El histórico Hotel Roma Amatrice, construido en 1897, considerado el templo de la amatriciana, colapsó con el movimiento telúrico y fue precisamente ahí donde fueron sacados de los escombros el mayor número de fallecidos de los 234 ocurridos en esa localidad, la más fuertemente golpeada.
Por toda Italia hoy -incluso en otros países- en todos los restaurantes se extiende la iniciativa de incluir el plato entre las ofertas y los comensales donen dos euros para contribuir a restañar los daños del sismo en Amatrice.
El sismo provocó además grietas en la estructura externa de la Catedral de Urbino (en la región de Marcas) perteneciente al centro histórico de esa localidad, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998.
El desolador panorama hizo que el gobierno italiano decretara el estado de emergencia en las zonas afectadas; en tanto, el premier Mateo Renzi aprobó una primera asignación de 50 millones de euros para mitigar los estragos causados por el movimiento telúrico y la exoneración de impuestos a los damnificados.
Lo sucedido con el sismo -dijo- es siempre difícil de aceptar porque antes que políticos somos seres humanos. "Por eso, compartir el dolor y la emoción es la prioridad", señaló.
Pese al dolor y los estragos en milenarias obras y tradiciones dejados por el movimiento telúrico de segundos, la tierra continúa temblando en el centro de Italia, miles de réplicas en una semana y los expertos auguran más cada día.
*Corresponsal de Prensa Latina en Roma
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