Todo parece indicar que será un Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo diferente, y tiene que ser así, es otra personalidad, otro ser humano.
Monseñor Francisco Ozoria Acosta acaba de iniciar una nueva etapa en su fructífera labor pastoral en la Iglesia Católica de la República Dominicana.
Una gran responsabilidad que le ha conferido el Papa Francisco a este hombre, nacido en Nagua, provincia María Trinidad Sánchez, y quien ostentaba las funciones de Obispo de la Diócesis de San Pedro de Macorís.
El mensaje expuesto en la Catedral Primada de América ante el presidente Danilo Medina; miembros del Gabinete Presidencial, diplomáticos, autoridades eclesiásticas, sacerdotes e invitados especiales nacionales y extranjeros, refleja la apertura de otra visión y concepto frente a la Iglesia Católica.
Ozoria Acosta fue enfático al plantear que será un pastor de la iglesia y para ello pidió sabiduría a la “Divina Providencia” así como a toda la feligresía católica del país.
“Vengo a la Arquidiócesis de Santo Domingo como Pastor de esta iglesia particular. Y como Pastor, vengo con una misión muy precisa: enseñar, santificar y gobernar. Es decir, ser Pastor que conoce y ama sus ovejas y sus ovejas le conocen y le aman. No vengo como sociólogo ni como economista, ni como comunicador, yo sencillamente soy un pastor que vengo a dar mi vida por todos ustedes”, dijo el nuevo arzobispo,
Mientras hablaba recreaba una imagen de una persona sencilla, práctica y con visión de liderar la apertura y la inclusión hacia la doctrina católica.
Tanto en el ceremonial cuando era entronizado como arzobispo en la Catedral Primada de América al igual que en la celebración de su primera eucaristía en el Palacio de los Deportes, Ozoria Acosta trazó los lineamientos fundamentales de su nueva labor eclesiástica.
De entrada, da la impresión de que seguirá enarbolando la evangelización en los barrios y comunidades de base como lo hizo siendo Obispo de la Diócesis de San Pedro de Macorís por casi veinte años, desde su ordenación en marzo de 1997.
Igualmente fue notorio el trabajo desempeñado en la pastoral migratoria entre los residentes de las comunidades de los bateyes de la zona oriental.
Monseñor Ozoria Acosta se desempeñaba como Vicario de Pastoral de la Diócesis de San Francisco de Macorís y Párroco de la Parroquia Santísima Trinidad del municipio de Nagua.
Esa experiencia pastoral fue fundamental para que el Papa Francisco lo designara Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo en reemplazo del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, ahora Arzobispo Emérito.
La Diócesis de San Pedro de Macorís que también incluye a la provincia de Hato Mayor del Rey fue creada el 1 de febrero del 1997 tras ser aprobada por la Conferencia del Episcopado Dominicano y finalmente refrendada por la Santa Sede.
Producto de su creación se logró que las autoridades gubernamentales decidieran reconstruir la Catedral de San Pedro Apóstol, monumento histórico que estaba abandonado.
Hombre Sencillo
Conocí y traté por varios años a Francisco Ozoria Acosta cuando llegó a la Sultana del Este cargado de entusiasmos y muchas ilusiones. Nos integramos a una unidad de comunicación que él creó para tener mayor contacto con la población y los medios de comunicación social.
El poderoso huracán Georges en septiembre del 1998, que causó muchos estragos y destrucción en el país y en particular en esta provincia, le dio la bienvenida como anticipo del intenso trabajo que tenía por delante.
Tras su designación en el gobierno pastoral del Arzobispado de Santo Domingo, acudí a su residencia a saludarlo y felicitarlo y posteriormente dialogamos en tres ocasiones previo a su entronización.
Es un hombre sencillo, pausado y de poco hablar, y tiene las virtudes de un ser humano compasivo, sin protocolo que conducía su automóvil y se movilizaba a solas por las calles y avenidas de San Pedro de Macorís.
“Ha sido una gran sorpresa que asumo con sus retos y desafíos pastorales”, ha dicho Ozoria Acosta tras su designación y luego de asumir las enormes responsabilidades frente al Arzobispado Metropolitano de Santo Domingo.
¿Podrán los reporteros sacarlo de concentración para responder preguntas sistemáticamente sobre el acontecer nacional? Lo dudo, porque se trata de un prelado que no buscará protagonismo ni confrontación innecesaria con los diversos sectores de la sociedad dominicana.
Tampoco lo veremos abordando temas al margen de la homilía expuesta tras presidir una ceremonia religiosa. En ese sentido, delegará en la Dirección de Comunicaciones del Arzobispado de la Ciudad Primada de América.
Labor Pastoral
Como el propio Ozoria Acosta ha planteado públicamente su esfuerzo se concentrará en la labor pastoral de la Iglesia Católica.
Ahora bien, ¿qué espera la ciudadanía del nuevo Arzobispo de Santo Domingo? Muchas cosas, pero en el orden prioritario pienso que la gente desea ver un representante de Cristo más cerca del dolor de los que sufren; de la defensa de los oprimidos, de condenar las injusticias, los bajos salarios de los trabajadores y sectores profesionales tanto en el gobierno como en las empresas privadas, los actos de corrupción en la administración pública, de defender el interés nacional, de contribuir para que tengamos una sociedad más equitativa, de respetar los derechos de géneros y de velar por nuestros recursos naturales, ambientales, culturales, patrimoniales y artísticos.
Y por supuesto, que defienda nuestra identidad nacional ante cualquier intento de pisotear el legado del fundador de la República Dominicana, el patricio Juan Pablo Duarte.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Domingo, 11 de septiembre del 2016