SANTO DOMINGO. – El ganador del Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña 2016, Mario Vargas Llosa, habló este martes en la tarde, en el marco de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo (FILSD), con jóvenes escritores dominicanos acerca de los problemas a los que se enfrentan al escribir una novela.
Durante el encuentro, que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, estuvieron presentes Valentín Amaro, director del Libro y la Lectura, así como el Comisario del Premio, Luis O. Brea Franco.
El escritor peruano respondió preguntas de los asistentes que llenaron el salón luego de hacer énfasis en el narrador y el tiempo como problemas que tiene que resolver el novelista: “El narrador es un problema obvio, las historias están contadas por alguien. El autor de una novela tiene que decidir quién va a ser el narrador de esa historia”.
Vargas Llosa aclaró que el narrador es un personaje inventado y que en la mayoría de las novelas es el más importante de la historia, aunque este sea invisible: “El narrador de la novela solo vive dentro de la novela. El novelista, en cambio, vive antes y después de la novela”.
Para el ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, las posibilidades del narrador son infinitas, pues la historia puede ser contada por un narrador omnisciente o por varios personajes: “En las novelas clásicas, generalmente, el narrador es un equivalente de Dios, es un narrador que lo sabe todo, que se mueve por el espacio y por el tiempo con libertad, que cuenta las historias desde fuera y desde adentro de lo que les ocurre a los personajes; sus emociones, sentimientos y reflexiones¨.
En palabras del autor de 80 años de edad, si el narrador es un personaje de la historia no lo puede saber todo y tiene que actuar dentro de las limitaciones de los otros personajes: “Su visión está muy fragmentada. Y si eso no se respeta, mata la coherencia. Cuando la coherencia deja de existir en una historia, inmediatamente el lector lo advierte y siente que algo está dejando de funcionar. La coherencia es muy importante para mantener el poder de persuasión¨.
En cuanto al tiempo, el autor de novelas como ¨La Fiesta del Chivo¨ y ¨La ciudad y los perros¨ manifestó que este es inventado: ¨El tiempo nunca es una reproducción del tiempo real. Los escritores se inventan un tiempo en función de la historia para que dé una mayor persuasión¨.
Mario Vargas Llosa les recordó a los jóvenes escritores dominicanos que las novelas que más les han impresionado son aquellas en que el tiempo está íntimamente relacionado con la intensidad y el sosiego con el que transcurren las historias: ¨Ninguna historia podría ser contada respetando rigurosamente el tiempo real; sería absolutamente imposible. La manera en cómo inventan el tiempo es un elemento esencial de la credibilidad o la falta de credibilidad que tiene una historia¨.