Por Horacio Nolasco.- El juego de Wild Card de la Liga Americana nos presentó a Edwin Encarnación, José Bautista y Buck Showalter en diferentes escenarios.
Encarnación le asestó un golpe mortal a los Orioles, disparando su descomunal jonrón de tres carreras en la entrada once del partido de los dos conjuntos representantes del Comodín del Nuevo Circuito.
Edwin aprovechó el escenario para poner las cosas a favor de los Azulejos. Ha sido el caballo de batalla del conjunto canadiense durante este 2016. El cuadrangular le dio a su equipo la oportunidad de enfrentar a los Vigilantes en una Serie Divisional al mejor de cinco partidos.
El romanense será agente libre al final de la temporada, aprovechando el contexto y proyectando aun más su figura a la hora de negociar, pues los equipos ricos siempre quieren el tipo de jugador que da sus palos a la hora buena. Encarnación finalizó lentísimo la serie regular (sin jonrones, cuatro remolcadas en los últimos 11 juegos), mas demostró que en esta instancia se borran todas las estadísticas y las cosas cambian.
José Bautista comenzó a ponerle número a la casa con su estacazo de cuatro esquinas en el segundo episodio. El escenario de Bautista se presta más bien al pasado y al futuro. El jonrón de tres carreras del dominicano en la séptima entrada del quinto y decisivo juego de la Serie Divisional ante Texas el año pasado (partido que finalizó 6 por 3 a favor de Toronto), acompañado de un espectacular perreo, produjo un malestar de marca mayor en la tropa Vigilante.
El escenario fue el ideal a mediados de mayo. A Bautista se le olvido, eso supongo yo, lo del jonrón decisivo, sin embargo Odor le conectó un derechazo en pleno rostro, provocando uno de los pleitos más antológicos en la historia del juego. En la próxima serie Bautista tendrá toda la oportunidad de desquitarse de tan singular afrenta.
El escenario presentado anoche en la entrad 11 no fue el más ideal para el dirigente de los Orioles William Nathaniel-Buck-Showalter. El norteamericano ha sido un arquitecto de equipos, pero nunca ha podido ganar una Serie Mundial. Forjó la estructura de los grandes Yankees de los 90 (dirigió de 1992 a 1995 a NYY), sirviendo la mesa para cuatro campeonatos. Igual estuvo con Arizona varios años, pero se fue antes del campeonato de Arizona (2001).
Showalter es un gran dirigente en serie regular, pero en postemporada no ha tenido la misma fortuna. Ayer no utilizó al relevista Zach Britton y Ubaldo Jiménez fue dejado hasta permitir el tablazo de Encarnación, quien por cierto anda muy bien acompañado, quedando los Orioles tendidos en el terreno.
El de anoche fue un juegazo de Wild Card, quizás el mejor desde el 2012, presentando a Bautista, Encarnación y Showalter, este último el villano de la película.
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