Señala que un impuesto tiene mayor impacto en los jóvenes y las personas de bajos ingresos que consumen elevadas cantidades de bebidas azucaradas y tendrán efectos positivos en la salud de estos grupos.
Ginebra, 11 oct (PL) La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió hoy poner impuestos que aumenten el precio de las bebidas azucaradas en 20 por ciento, forma efectiva para frenar el incremento de las tasas de obesidad.
El consumo de azúcares libres, incluyendo productos como bebidas dulces, es un factor importante en el aumento global de las personas que sufren de obesidad y diabetes, declaró el director del departamento para la prevención de las enfermedades no transmisibles de la OMS, Douglas Bettcher.
Según el informe titulado Políticas Fiscales para la Dieta y la Prevención de Enfermedades No Transmisibles, las bebidas y alimentos altos en azúcares pueden ser una gran fuente de calorías innecesarias en la dieta de las personas, en particular de niños, adolescentes y adultos jóvenes.
Además señala que un impuesto tiene mayor impacto en los jóvenes y las personas de bajos ingresos que consumen elevadas cantidades de bebidas azucaradas y tendrán efectos positivos en la salud de estos grupos.
El documento destaca que una sola lata de refresco convencional de Coca-Cola o Pepsi contiene más del 100 por ciento de todos los azúcares libres considerados óptimos por la OMS para un día.
Por lo tanto, se recomienda mantener el consumo por debajo del 10 por ciento de las necesidades energéticas, e incluso la mitad de esta cifra para obtener beneficios adicionales a la salud.
Por otro lado, el comunicado recoge datos de 11 revisiones sistemáticas de estudios científicos sobre la efectividad de los impuestos y otras medidas fiscales en países como México y Hungría.
El llamamiento de la OMS intenta frenar la epidemia de obesidad debido al consumo de grasas y azúcares y un estilo de vida sedentario causa principal de que uno de cada tres adultos tiene sobrepeso.
La situación se agrava en los más jóvenes. En apenas 15 años, el número de niños de menos de cinco años obesos o con sobrepeso aumentó en 11 millones, hasta alcanzar los 41 millones en todo el mundo.
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