El compañero Temistocles Montas dio unas declaraciones a la prensa en fecha reciente que conmovieron a la opinión pública, pero donde mayor estupor ocasionó fue en las bases del partido de Juan Bosch. Un partido acostumbrado a tener la dignidad como estandarte, a servir al pueblo, observó impasible el cómo uno de los dirigentes con mayor responsabilidad y capacidad decisoria, en la élite actualmente gobernante, al guíen que se dice presidenciable, dijo que el poder y el dinero han corrompido al PLD”.
No porque mintiera sino porque ese dirigente sabe dónde debe plantear esa opinión, ese dirigente es quizás el peledeista de más vieja data en el gobierno. De manera que si los problemas ético morales que plantea existen, él es corresponsable de los mismos. A él y no a otros, toca una alta responsabilidad en la situación que denuncia.
Ya los tiempos en que las bases del PLD tenían capacidad de decisión en la vida del partido quedaron atrás, al interior del PLD no se discute, no se delibera, no se hace consenso, no se consulta a las bases sino que un omnipresente comité político hace de comité central, de secretario general y de base del partido. La democracia interna ha quedado desterrada. Es un partido muerto en su dinámica interna. Para llegar hasta ahí hubo un plan bien trazado, primero se masificó el partido, lo cual permitió a la élite dirigente igualar a mansos y cimarrones, y trazar una línea horizontal donde ha entrado todo; mientras tanto se ha abierto también una línea perpendicular y vertical infranqueable para los que están en la base horizontal.
Culpar a todo el partido de tal situación no es solo injusto sino impreciso, mendaz, pues Temo, mejor que nadie sabe quiénes se han corrompido y quienes se han desviado de los principios bochistas del PLD. No son las bases, no son los dirigentes medios: es la cúpula dirigente. Aquella que ahora traza línea mediante acuerdos de aposentos que solo ellos conocen, para perpetuarse en el poder sin democracia interna, pues se reúnen entre dos primero y luego socializan con el resto de sus pares pero sin informar de ello siquiera al comité Central.
El hecho de que las bases y los intermedios sean disciplinados no los hace cómplices, los hace víctimas. Los lineamientos del Congreso Norge Botello no se han puesto en práctica sino que han sido sustituidos por acuerdos de capillas. Ya son dos los presidentes de la República a quienes el CP, sin consultar siquiera al Comité Central, les ha dado carta blanca para elegir a su gabinete, a hacer planes de gobiernos y a ejecutarlos sin la aprobación del partido. Estamos pues en serias violaciones a las normas partidarias que no nacen en las bases ni en los intermedios sino en el organismo a que pertenece el compañero Temistocles Montas.
Pero eso tampoco hace cómplices a todo el partido, este es otra víctima más de una dirección que no se renueva sino que se mantiene sorda al llamado de democracia de las bases.
Ahora se ha pasado de un gobierno participativo (dentro del PLD y aliados) a un gobierno excluyente donde todos los días se denuncian cancelaciones masivas de dirigentes y militantes del PLD, solo por el capricho de los miembros del PLD que pertenecen al comité político, los cuales tienen cuotas en todos los ministerios y direcciones y están llevando al seno del Estado sus diferencias intra partidarias haciendo un daño irreparable no ya a la moral política del PLD sino a la Administración Pública, pues profesionales bien formados y pagados por el Estado, están siendo enviados a sus casas solo porque nuevos incumbentes han asumido la dirección de una cartera –y la de Temo no es la excepción-, por el contrario, quizás sea la regla generalizada.
A sabiendas de que ninguna ley establece que el cambio de un puesto de libre nombramiento implica la cancelación de los empleados de carrera y contratados que existan en un ministerio o en una dirección. Adiós a la ley de función pública, adiós al Estado de derecho, adiós a la Constitución y viva el Comité Político y sus luchas fratricidas, esta es la consigna.
Dentro del Comité Político se trabaja en la construcción de nueva mayoría con base al grupismo y la exclusión. DLH-12-10-2016