Por Arsenio Hernández Fortuna
Los principales dirigentes de la oposición han hecho bien con tomar la iniciativa política de movilizar a la gente para exigir que sea constituida una Junta Central Electoral apartidista, es decir que no esté controlada por el PLD ni ningún otro partido.
Les ha faltado ponerse de acuerdo en dar a conocer a la opinion pública una lista de diez o doce nombres de personas que puedan garantizar una JCE y Tribunal Superior Electoral realmente independientes.
Obviamente, esos nombres deben ser de personas verdaderamente independientes, no de militantes encubiertos de sus organizaciones. Se sabe que hay en este país individuos que han pasado la mayor parte de su vida laboral en las universidades, la judicatura, organizaciones no gubernamentales, etc; es decir, fuera de los partidos.
La jueza Mirian Germán, presidenta de la cámara penal de la Suprema Corte de Justicia, es una de ellas. Y acaba de reconfirmar, sin importar posibles presiones o represalias, que la falta de independencia es uno de los problemas graves de la Justicia dominicana.
Personas así es que se necesitan en la JCE y el TSE. Y hay otras más: Rafael Toribio, Luis Gómez Pérez, Katia Miguelina Jiménez, Esther Agelán Casasnovas, Marisol Vicens, Luis Schécker…
Muchos/as recuerdan la confianza que generó en la población dominicana la Junta Central Electoral que presidió el Dr. César Estrella Sadhalá, a mediados de la década del 90.
Ese tipo de personas y de confianza es que necesita la sociedad en este momento crucial. Por supuesto, hay suficientes dominicanos/as con trayectorias parecidas a las del Dr. Estrella Sadhalá (Q.E.P.D).
¿Por qué no pueden los principales dirigentes de partidos de oposición mencionar nombres, que convencen más y a más gente que los manoseados perfiles? ¿Cuál es el problema? ¿Por qué cometer la torpeza mayúscula de dejar la iniciativa en manos del presidente de la República?