“Sin unidad no hay fuerzas, y sin fuerzas no hay victoria”. Consigna popular.
Por primera vez en muchos años la oposición, forzada por la realidad que constantemente le da en la cara, ha formado un bloque coyuntural que debe mantenerse más allá de las actuales circunstancias si de veras quiere derrotar la dictadura constitucional y mediática del Parido de la Liberación Dominicana.
Los partidos Revolucionario Moderno, Reformista Social Cristiano, Alianza País, Dominicanos por el Cambio, Revolucionario Social Demócrata, Alianza por la Democracia, Quisqueyano Social Demócrata, Humanista Dominicano y la Fuerza Nacional Progresista se han unido para reclamar o exigir que la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral esté integrada por hombres y mujeres honestos, capaces, independientes, en el entendido de que lo que es igual no es ventaja.
Sin embargo, el PLD insiste en escoger jueces parciales, comprometidos con sus propósitos de mantenerse en el poder fomentando fraudes y utilizando los recursos del Estado.
Creo que el Frente Opositor debe ir más lejos en sus objetivos, como en Chile que en 1990 se unificaron los principales partidos para integrar lo que se llamó Concertación de Partidos por la Democracia que finalmente pudo derrotar la dictadura corrupta y sangrienta de Pinochet. Hay otros ejemplos en América Latina, como en Uruguay que bien poder servir como experiencia.
Los partidos dominicanos, para enfrentar con éxito la maquinaria política, económica, electoral del PLD, que por demás controla buena parte de los medios de comunicación y toda la estructura militar del país, tienen que unirse olvidando los protagonismos y el sectarismo que no les permite avanzar, y poner los pies sobre la tierra.
Ningún partido, por sí solo, podrá sacar del poder al PLD ni siquiera con las armas, porque no las tienen y porque no existen condiciones subjetivas, ni objetivas para una revolución. Por lo tanto el único camino es la unidad, como hasta este momento. Pero tienen que dar otros pasos: Deben elaborar un programa de gobierno que recoja el sentir fundamental de todas las fuerzas y luego escoger los candidatos, principalmente a la presidencia y vicepresidencia de la República, lo cual debe hacerse de común acuerdo.
La plataforma programática es fundamental porque ella será la que sustente la alianza. La escogencia del candidato presidencial no puede ser impuesta por el partido mayoritario, en este caso el Revolucionario Moderno. Los demás deben participar democráticamente.
Saludo y me uno a la lucha por una JCE y un TSE integrados por independientes, pero al mismo tiempo exhorto a los que integran el Bloque Opositor a ir más lejos, mucho más, a producir una alianza por el país y por la democracia.
El PRM tiene un programa de gobierno elaborado por técnicos y políticos de alto nivel que bien puede servir de base para una discusión amplia y sincera.
La lucha por una JCE y un TSE creíbles y confiables, terminará en las próximas semanas. Antes de que termine el año, a más tardar. Concluido ese proceso, no se puede romper la taza y cada quien para su casa. ¡No! Es ahí donde apenas comienza la lucha por el poder el cual solo será posible con la unidad programática y candidatos idóneos a todos los niveles y en todo el territorio nacional.
El país precisa de un gobierno de transición que supere los traumas económicos, políticos, sociales, éticos y morales que dejará el PLD. Y ese gobierno debe surgir del Bloque Opositor.