Las conversaciones entre las partes pueden 'ser muy despiadadas', debido al descontento de algunos socios comunitarios con la decisión del Reino Unido, dijo el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny
El proceso que conduciría a la separación definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, tras el Brexit, estará lleno de complicaciones, debido a la inconformidad de algunos socios comunitarios con el divorcio de ambas partes, al tiempo que buscarán evitar que el mismo incentive la salida de otros de sus miembros.
La canciller federal alemana, Angela Merkel, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny han adelantado opiniones que apuntan a serias confrontaciones en la definición de lo que conservará el Reino Unido tras su partida de dicha comunidad económica.
Merkel de una manera ambivalente afirmó este miercoles que su país favorece que la UE negocie con Reino Unido de manera amistosa, pero dura la salida de Londres del organismo regional.
Indicó, en una reseña de Prensa Latina, que en esas conversaciones no deben establecer el precedente de 'me quedo con la mejor parte', en referencia a la pretensión británica de mantener beneficios tras separarse de la UE, lo cual incentivaría a otras de las restantes 27 naciones integrantes de la comunidad a abandonar la misma.
Sin embargo, apuntó la mandataria, es importante que la relación con Reino Unido siga siendo 'buena y amistosa', y en tal sentido, según expresó, se deben 'minimizar en lo posible las pérdidas' para los empresarios de ese país.
La jefa del gobierno germano enfatizó en que en las negociaciones sobre el Brexit la Unión defenderá las cuatro libertades básicas de su mercado interno, referidas a la circulación de mercancías, personas, prestación de servicios y capital, las cuales 'deben ser irrenunciables'.
Antes, Jean-Claude Juncker, había manifestado que si Reino Unido pretende mantener beneficios comerciales tras separarse de la UE tendrá que respetar integralmente las libertades asociadas a ese mercado interior.
El presidente de la Comisión Europea alertó a Londres que 'no se puede estar con un pie fuera y un pie dentro' y criticó a quienes argumentan que transigir en puntos como la libertad de circulación de las personas resulta irrelevante dadas las ventajas de mantener estrechas relaciones con Reino Unido tras la separación.
Negociaciones despiadadas.
Mientras que, también este martes, el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, vaticinó negociaciones despiadadas entre Reino Unido y la Unión Europea (UE) para concretar la disolución de su unión, el llamado brexit.
Según Kenny las conversaciones pueden 'ser muy despiadadas', debido al descontento de algunos socios comunitarios con el divorcio de ambas partes, el cual se volvió realidad el 23 de junio último tras un referendo popular.
Dichas declaraciones fueron emitidas en una conferencia organizada por su Gobierno para abordar con agentes sociales, políticos y económicos el impacto del 'brexit' en el norte y el sur de la isla de Irlanda, en la cual el mandatario manifestó su particular visión sobre el asunto.
El Reino Unido puede quedar fuera de la UE en la primavera de 2019, una vez completado el periodo de dos años de negociaciones estipulado en el artículo 50 del Tratado de Lisboa sobre la retirada de un Estado comunitario.
'Al cabo de un tiempo, las negociaciones podrían ser muy despiadadas porque hay gente en la mesa que tiene una opinión muy mala de la decisión tomada para separarse', añadió Kenny.
El político irlandés opina que el proceso podría iniciarse antes, posiblemente 'en diciembre, enero o febrero' del presente año.
Además, Kenny consideró que la relación entre la pertenencia al mercado único y la libre circulación de ciudadanos devendrá en 'asunto clave' en las futuras conversaciones entre Reino Unido y la UE.
'Si (la UE) se obsesiona demasiado sobre las concesiones que el Reino Unido podría o no obtener, entonces podría perder ella misma lo papeles', concluyó el primer ministro Irlandés, según la reseña de Prensa Latina.