La muerte del buey que más hala solo ha tenido una repercusión: el nacimiento de un nuevo PRD, es decir, un buey sin garrapatas, sin masas, sin pequeña burguesía, en pocas palabras: un grupo no solo homogéneo sino con metas bien definidas en torno a la necesidad de hacer de la disciplina su norte y de los apartes intelectuales -por intermedio de reformas jurídicas e institucionalidad democrática- sus metas inmediatas. Para cumplir esos objetivos posee el liderazgo adecuado y los intelectuales necesarios.
Enmarañarse en cuestiones fiscales no es su tarea, tampoco el asumir el ideal pequeño burgués, su tarea es una visión macro sobre el qué hacer institucional. Conseguir que se instalen tribunales administrativos en cada provincia es preferible a procurar un pago de impuestos cuyo destino todavía no resulta claro. Con ello, solo se consigue quebrar pequeños y medianos negocios e impedir la expansión del gran capital hacia el Oeste. Deben empeñarse en corregir el error del gobernador Osorio.
Quienes crearon la pequeña burguesía en la isla fueron Petion y Jean Pierre Boyer, esa herencia nos persigue, ha destruido a Haití y nos mantiene en un limbo llamado atraso a dos siglos de independencia. Primero fuimos hateros, luego cortadores de madera, hasta que la industria azucarera nos mostró que la economía de plantación, puede seguir siendo rentable y ser una vía hacia el desarrollo. El boom de progreso de los años 20 del siglo XX y las plantaciones de hoy, así lo prueban. De ahí pasamos, es cierto, a un unicapitalismo.
Pero la desaparición del dictador no ha significado la desaparición del trujillismo, al revés, parece haberlo consolidado. Pues los avances en la producción capitalista, en el desarrollo de una clase obrera y otra capitalista, se ha detenido. Hemos entrado a un capitalismo usurero, de casino y de corrupción.
Cuando Bosch intentó ponernos al día, su meta fue frustrada por la oligarquía, pero a partir de ahí, fue la clase media, la que se expandió con Balaguer y se convirtió en su base de sustentación política. El hijo de Navarrete es también hijo político de Petion y de Boyer. El nuevo PRD debe tener claro su objeto: institucionalizar el país, su aporte no es de gobierno sino de gobernanza.
No se debe eludir a Diógenes Céspedes, pues al hacerlo, se estaría siendo injusto con Juan Bosch, hombre público que dedicó parte importante de su existencia, a entender al pequeño burgués nacional para superarlo, así como Céspedes, ha dedicado tiempo a establecer mecanismos que nos saquen de la trampa pequeño burguesa y nos coloquen bajo la sociedad burguesa de Weimar.
Es este segmento poblacional el que transgrede todas las normas y los principios, no es fiel ni siquiera a sí mismo, ni tiene metas más allá del consumo. Estamos ante algo que se debe superar si deseamos un capitalismo socialmente responsable e institucionalizado. Conseguirlo equivale a implementar normas, reglas, valores y objetivos constitucionales igualitaristas para todos.
No se puede cargar tributariamente sin institucionalizar porque bajo el esquema actual, la corrupción no tiene cauces porque esos pequeños burgueses se las arreglarán para evadir tributar como tradicionalmente lo han hecho. La alianza es con la oligarquía porque ésta es la única con un proyecto definido de nación que invita a institucionalizar y a expandir el capital más allá de la frontera actual, a producir riquezas que habrán de ser repartidas por intermedio de tributos siempre que se haya resuelto el mal de la corrupción.
No es cualquier capitalismo sino aquel que defina el tipo de capitalismo que se pretende instaurar pues un capitalismo salvaje de nada sirve, sirve aquel que habiendo sido institucionalizado y zafado de la corrupción, cumpla con los objetivos del Estado Social, pero no podemos encubrir males ancestrales con promesas no cumplidas y pretender que con ello hemos superado los derechos de primera generación. Peña Gómez lo decía: “instaurada la democracia política, debemos luchar por la democracia económica.” Estado fuerte es el que –previamente- destierra la corrupción e institucionaliza el Estado para asumir los objetivos programáticos del Estado Social, sin institucionalidad no hay lugar a Estado fiscal. Primero es crear riqueza luego, el control de los poderes salvajes aparece como necesidad. DLH-5-11-2016