Por Martha Andrés
La Habana, 7 nov (PL) Aunque hace un año muy pocas personas previeron que Donald Trump sería el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, hoy el multimillonario tiene posibilidades reales de abrirse camino hacia la Casa Blanca.
Ni siquiera cuando el magnate inmobiliario comenzó a tomar la delantera en los sondeos de opinión por encima de otros miembros de su partido como Marco Rubio, Jeb Bush o Ted Cruz, hubo muchos que apostaran por él.
En lugar de enfocarse en sus posibilidades de avanzar, medios y analistas se centraron entonces en buscar las causas de aquel ascenso y, sobre todo, en explicar por qué la presencia de Trump en el panorama electoral estadounidense no se mantendría más allá de la convención republicana del verano pasado.
A pesar de todos esos augurios, se convirtió en el candidato del partido rojo y ha sido coprotagonista de una campaña electoral considerada, quizás, como la más escandalosa y vergonzosa de los últimos tiempos.
Comentarios racistas y xenófobos, acusaciones de abuso sexual y declaraciones que echan leña al fuego del espectáculo presidencial han caracterizado su paso por una contienda en la que su programa político frecuentemente queda en un segundo plano.
Trump ha sido un aspirante que no solo levanta ronchas en sus contrincantes, sino que incluso ha creado fisuras al interior de su propia formación política, en la cual diversos altos cargos le dieron la espalda y decidieron no hacer campaña a su favor.
La razón de esa falta de respaldo, más allá de sus frecuentes declaraciones incendiarias, radica en que el actual candidato no es un político tradicional, hecho a la medida de los valores conservadores, sino un hombre de negocios alejado hasta la fecha del "establishment" partidista.
Un rápido repaso a su biografía indica que Trump, nacido el 14 de junio de 1946 en Queens, Nueva York, es el cuarto de los cinco hijos de Fred Trump, constructor de origen alemán, y Mary MacLeod, ama de casa de procedencia escocesa.
En 1968 se licenció en Economía en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, y en 1971 tomó las riendas de la compañía familiar, Elisabeth Trump & Son, dedicada a edificios de alquiler de clase media en los barrios neoyorquinos de Brooklyn, Queens y Staten Island.
Una vez al frente de la firma la rebautizó como The Trump Organization y comenzó a expandirse con importantes obras inmobiliarias en Manhattan, para luego impulsar el negocio de hoteles, campos de golf y casinos, aunque estos últimos han caído en frecuentes bancarrotas pese al éxito del que se ufana el empresario.
De hecho, durante la campaña electoral han aparecido diversos trabajos sobre la millonaria evasión fiscal en la que ha incurrido Trump, en gran parte asociada a la quiebra de su compañía a principios de la década de los 90 del siglo pasado.
Con maniobras y estrategias que algunos califican hábiles, fruto de su talento para los negocios, y que diversos críticos señalan como poco convencionales y hasta fraudulentas, el magnate logró superar la crisis financiera y continuó con la ejecución de grandes obras en Estados Unidos y otras naciones.
Su millonaria fortuna, que según diversas fuentes Trump exagera, y la aparición en espacios televisivos como el reality show The Apprentice, de la cadena NBC, hicieron de él una figura conocida dentro y fuera del país, que incluso tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
En junio del año pasado anunció su candidatura a la Casa Blanca, con un discurso en el cual expresó que el país está en decadencia económica, y denunció la ineficiencia del presidente Barack Obama en política exterior, fundamentalmente en lo relacionado con el Medio Oriente.
Su entrada a la carrera presidencial también estuvo marcada por una crítica a la élite política estadounidense, al asegurar que solo alguien como él, desligado de la política y sus promesas, sería capaz de reorientar el rumbo de la nación. "Make America great again" (Hacer a Estados Unidos grande otra vez) ha sido el eslogan de su campaña.
LAS PROPUESTAS DE TRUMP
Algunas de las principales propuestas de Trump en términos económicos tienen que ver con reducir los impuestos para todos los ciudadanos, fundamentalmente los más ricos, eliminar regulaciones y poner fin a acuerdos comerciales.
Según ha expresado el candidato republicano, también reducirá de 35 a 15 por ciento la tasa de gravámenes corporativos que pagan en la actualidad las empresas, lo cual disminuirá la cantidad de ingresos a recaudar por el Gobierno.
Para respaldar su iniciativa de simplificar la política tributaria y realizar una dramática reducción de los impuestos sobre los ingresos, el multimillonario argumenta que el propósito es crear un sistema fiscal competitivo a nivel mundial, que haga de los Estados Unidos el lugar más atractivo para invertir.
Las propuestas sobre inmigración, en tanto, le han valido diversas denuncias por su contenido racista y xenófobo, pues de acuerdo con Trump, Estados Unidos es el único país del mundo que pone las necesidades de los extranjeros por delante de las propias.
Su sugerencia de levantar un muro en la frontera con México que sea costeado por la nación vecina, la idea de triplicar el número de agentes de inmigración y control de aduanas, y su intención de prohibir la entrada de musulmanes le valieron numerosas muestras de rechazo.
En términos de energía y cambio climático, sostiene que este fenómeno no es prioridad para Estados Unidos e incluso ha dicho que se trata de una farsa, por lo que considera que las regulaciones y medidas aprobadas por Obama en la materia solo significan pérdida de empleos.
Ante eso, retiraría a su nación del acuerdo de París sobre cambio climático, establecería plataformas para extraer más petróleo y gas natural, y protegería industrias como las del carbón de lo que considera medidas extremistas.
Sobre política exterior, el portal especializado Politico.com considera difícil analizar la doctrina de Trump, pues a menudo cambia de idea. "Ahora dice que se opone a la guerra en Iraq, la cual apoyó en su momento, pero también dice que rechaza la retirada de tropas norteamericanas, que también respaldó en su momento".
De acuerdo con la publicación, el magnate llegó a estar de acuerdo con la decisión de Obama de restablecer los vínculos diplomáticos con Cuba, pero en la actualidad afirma que la revertirá; e inicialmente señaló que sabía más que los generales sobre cómo derrotar al Estado Islámico, pero luego dijo que les pediría un plan.
Esas y otras ideas sobre temas clave para el país, unida a una extravagante proyección que llevó a su propio equipo de prensa a retirarle el acceso a Twitter, son las principales cartas con las que cuenta en la contienda que se definirá mañana 8 de noviembre.
jha/mar