La agencia Prensa Latina lo describe como un viejo ritual del mandatario de Estados Unidos, que le da suerte en los días de elecciones.
Al hacerlo este día, en que se desarrollan las votaciones, Obama espera de que también ayude a Hillary Clinton a ganar la presidencia de Estados Unidos.
Prensa Latina reseña que este martes, el mandatario norteamericano volvió a las canchas para cumplir la liturgia que solo se saltó una vez y le costó la derrota en las primarias de New Hampshire en 2008, precisamente ante Clinton, que entonces le disputaba la candidatura demócrata.
Obama profesa una pasión por el basket, que quizás entrañe la única superstición electoral del primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos, que pronto concluirá su segundo y último mandato.
Hace cuatro años amaneció el día de las elecciones jugando baloncesto con el exinternacional Scottie Pippen, miembro del Salón de la Fama de la NBA, y este martes jugó al duro en la cancha de Ft. McNair con amigos y colaboradores.