El triunfo de Donald Trump hace a la gente imaginar un mundo diferente y ese ha sido el principal logro suyo, pero a la vez su riesgo. De la campaña de la que salió victorioso, gran parte del mundo se imagina que le vienen tiempo peores.
Los inmigrantes se sienten amenazados, echados de Estados Unidos aquellos que no dispongan de documentos.
México ve un muro construido en torno a la frontera con Estados Unidos, que además deberá pagar, de acuerdo a lo planteado por Trump en su campaña.
Los tratados de libre comercio, todos, serán sujetos de revisión para lograr más ventajas para Norteamérica.
El acuerdo de regularización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que inicio el actual gobernante Barack Obama, quedará disuelto. Trump prometió en Miami más presiones contra La Habana. Lo propio ocurrirá con el gobierno de Venezuela.
Hacia la otra parte del mundo, la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de la que Estados Unidos es cabeza, al menos entrará en crisis. Trump entiende que Estados Unidos no debe pagar el alto costo de esa organización y que Europa debe incrementar su aporte.
Se percibe a Estados Unidos con mejores relaciones con Rusia, lo que significaría un cambio radical respecto a la situación actual con esa nación.
En ese entramado no se sabe cómo actuaría Trump ante la situación de Ucrania. También es un enigma su política hacia Afganistán.
Trump propugnaría por el uso tropas terrestres para desalojar al Estado Islámico de sus bastiones en Siria e Iraq.
El electo gobernante ha planteado que devolverá la grandeza de Estados Unidos en el mundo y eso tiene múltiples mensaje e implicaciones.
Ya en México, foco del discurso de Trump, se habla de prepararse de una guerra que aunque no sea militar, tendrá varios frentes.
Según el intelectual Enrique Krauze declarara a Prensa Latina, México sufrirá "un grave terremoto" y afrontará en los próximos años una guerra comercial, económica, migratoria, legal, diplomática y en otros frentes.
Las secuelas, dijo, se sienten con el desplome del peso mexicano y auguró que las manufacturas y la economía nacional estarán en el colimador de las batallas que se anuncian.
Ante esta coyuntura ,”los mexicanos tenemos la obligación de unirnos, concluir la desunión que nos ha marcado sobre todo en la política, afirmó en declaraciones al programa Despierta, de Televisa.
Dijo que el gobierno tiene que presentar las estrategias para enfrentar este terremoto.
Aquí está anunciada una comparecencia del gobernador del Banco de México, Agustín Cartens, y del secretario de Hacienda, José Antonio Meade al respecto.