El mundo aún está sorprendido e incrédulo ante la aplastante victoria de Donald Trump. ¡El hombre arrasó con tó!, incluyendo el Senado y la Cámara de Representantes.
Es un hecho que muchos no querían ver, pero que está ahí, y marcará para siempre el presente y futuro no solo de los estadounidenses sino de toda la humanidad.
Un verdadero terremoto electoral se ha producido en la principal potencia mundial con el triunfo arrollador de Donald Trump. ¿Quién lo diría?
Un rico empresario inmobiliario dirigiendo la mayor economía mundial y la principal potencia nuclear del planeta, convirtiéndose en la más expresiva representación del dominio neoliberal a escala universal, y de paso, la arrancada definitiva para el brutal socavamiento de los gobiernos liberales, incluidos los de América Latina.
De pronto, la victoria del presidente número 45 en la historia de Estados Unidos ha degenerado en un ambiente de mucha perplejidad, temor e inquietudes generalizadas en los ámbitos políticos, económicos y sociales del mundo produciendo bajas sustanciales en las principales bolsas de valores.
Trump acaba de derrotar a la experimentada Hillary Clinton del Partido Demócrata y ex secretaria de Estado, con más de tres décadas de actividad política, y a quien las encuestas y el poder mediático estadounidense daban favorita.
El poderío político, militar y económico de la principal potencia del mundo ahora estará en manos del atípico presidente electo Donald Trump, subestimado incluso hasta por su propio Partido Republicano lo que ha dejado perplejo al mundo.
Esta victoria electoral del magnate Donald Trump en los Estados Unidos ¿qué podrá generar en una sociedad tan dividida y polarizada? ¿Qué nos espera?
Los rostros de tristezas y llantos entre los partidarios de Clinton proyectados por las imágenes de televisión tras conocerse la derrota anticipan un cuadro desolador y de incertidumbre en una sociedad multicolor donde el racismo, discriminación, sexismo, la exclusión y la pobreza que afecta a más de 47 millones de personas son una realidad innegable.
Una encuesta de sondeo a pocas horas previas a las elecciones de la cadena de televisión CNN en el estado de California habitado por mayoría hispana, donde ganó ampliamente Hillary Clinton, dice que el 45 por ciento de sus residentes estarían ajustados ante la posibilidad de que Trump obtuviera la victoria.
Después del Triunfo, ¿Qué dijo Trump?
Trump en tono conciliador y minutos después de recibir la felicitación vía telefónica de la candidata demócrata, exhortó en su comando de campaña a la reconciliación y unión de las familias estadounidenses.
En breves palabras dijo que trabajará para volver a hacer de Estados Unidos una nación grande, cada vez más poderosa y de esperanza para sus gentes.
Adelantó que tiene un gran plan económico para aplicar de inmediato asuma el poder con la urgente tarea de reconstruir y renovar el sueño americano.
“Es hora de que Estados Unidos sane las heridas de la división; de que todos los republicanos, demócratas e independientes de esta nación, a todos les digo que es hora de unirnos como un solo pueblo. Ya es hora”.
Y en el plano internacional, advirtió que “nos llevaremos bien con todas las demás naciones que quieran llevarse bien con nosotros”
La candidata derrotada Hillary Clinton ha reconocido la victoria de Trump, a quien ha deseado éxitos en las nuevas tareas que asumirá desde la Casa Blanca, a partir del 20 de enero del 2017.
Mientras que el presidente Barack Obama también se comunicó con el nuevo presidente electo con quien se reunirá para iniciar los trámites de la transición del poder.
Analistas norteamericanos reconocen la destreza de Trump para aplastar a los demócratas en las urnas por encima de todos los vaticinios de las firmas encuestadoras y de los principales medios de opinión pública.
Las redes, ¿sustituyendo a los partidos políticos?
Trump no solo ha sido el ganador indiscutible de los comicios generales estadounidenses sino que se convierte al mismo tiempo, en un fenómeno de los tiempos de la dominación de los contenidos de las redes sociales, donde el selfie sobresale preponderantemente.
Sin el respaldo del Partido Republicano; sin tener ninguna experiencia política, con un estilo totalmente atípico, apelando a insultos y palabras hirientes se convierte en la nueva estrella de la política mundial.
Y a esto hay que agregar el desgate político de la administración de ocho años del mandato de Obama, principal brazo protector de la señora Clinton.
La denominada “mayoría silenciosa” parece haber sido un factor determinante para que Trump obtuviera el triunfo, junto al inmenso respaldo de los jóvenes, personas de zonas rurales con niveles de escolaridad promedio.
Igualmente la vinculación del empresario de bienes raíces neoyorquino con el espectáculo y las luces a lo largo de más de tres décadas tuvo su repercusión, en contraste con Hillary Clinton con estilo sobrio y formal.
Una reflexión primaria en los resultados de las elecciones de Estados Unidos tiene que ver con el progresivo reemplazo del escenario político del partidarismo clásico, donde el ciudadano es la parte más importante de la democracia.
Así desde cualquier plataforma de las redes sociales se puede crear opinión y hasta dominar y manipular a la sociedad sin ni siquiera interactuar desde el interior de una determinada organización partidista.
El populismo, la desconfianza y el descrédito del liderazgo político tradicional han incidido para que surjan personajes como Trump en el manejo de la administración del Estado.
Mientras tanto, diversos líderes mundiales ya han felicitado al presidente electo estadounidense, siendo uno de los primeros en hacerlo Vladimir Putin, presidente de Rusia, quien fue mencionado reiteradamente en los debates y discursos por la nominación presidencial. Igualmente, se han adherido a las salutaciones los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Colombia, Juan Manuel Santos; Matteo Renzi, presidente de Italia; Mariano Rajoy, jefe del gobierno español y Danilo Medina Sánchez, presidente de la República Dominicana.
En lo que se produce la transición e inicio del mandato presidencial de Donald Trump, los días y las noches serán inmensamente largos para los once millones de indocumentados e inmigrantes latinos y de otras latitudes del planeta que el ahora presidente electo de Estados Unidos prometió deportar de inmediato si alcanzaba el poder.
¿Y qué pasará con el plan de salud Obamacare que beneficia a millones de ciudadanos estadounidenses pobres?
En cuanto a México, ¿obligará Trump al gobierno de ese país a levantar y financiar el prometido muro en la frontera que lo separa de Estados Unidos?
¡Que Dios proteja a toda la humanidad!