Sugiero formalmente a las escuelas de Medicina y Psicología de todas las universidades de este país y del resto del mundo; a todas las sociedades de psiquiatría y psicología del planeta y a los millones de esos profesionales que pueblan todos los estados (incluyendo el Vaticano) instituir una nueva especialidad para atender un enfermedad contagiosa que cada día tiene mayor demanda en esta lacerante postmodernidad, especialmente desde el martes 8 del presente mes: Depresión Postelectoral, ahora conocida como “Síndrome de Trump” (la cual parece que procede de recientes acontecimientos electorales de Europa y América Latina).