Las conclusiones de los trabajos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en Perú, anticipan lo difícil que es vaticinar en estos momentos ¿hacia dónde irá el mundo?
No obstante, las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, al diario de The New York Times, a cuyas instalaciones acudió a pesar de haber dicho con anterioridad que no iría apuntan hacia una rectificación de algunas de sus promesas electorales.
Ahora deja abierta las ventanas para tratar sobre el calentamiento global y el medicare; anuncia que no abrirá una investigación contra la ex candidata presidencial demócrata Hillary Clinton por los casos de los correos electrónicos y parece que ya la posible construcción del muro en la frontera con México no es una prioridad por lo menos en los primeros cien días de su mandato a iniciarse el 20 de enero.
¿O será que se está reconfirmando que en política una cosa es el discurso de campaña y otra la realidad tras alcanzar el poder?
A Trump, tampoco le interesa que Norteamérica siga perteneciendo al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y ha anticipado que igualmente se retirará del Acuerdo Transpacífico, integrado además por Japón; México, Canadá, Perú, Chile, Australia, Nueva Zelanda, Vietnam, Malasia y Singapur.
El objetivo principal de ese acuerdo impulsado por el presidente Barack Obama y ratificado por los países miembros el 5 de octubre del 2015, era reducir la influencia de China en los mercados de la región.
Economía Abierta
De su lado, el APEC da luz verde a un posible acuerdo de libre comercio entre los países de Asia-Pacifico y anticipa que se opondrá a una “guerra cambiaria” en el sistema monetario mundial.
"Nos abstendremos de la devaluación competitiva, resistimos a todas las formas de proteccionismo y no orientaremos nuestros tipos de cambio con fines competitivos", expresa uno de los puntos concluyentes de la cumbre de los líderes del APEC.
La declaración final de las 21 economías reunidas en la capital Lima, reafirma su apoyo a la globalización económica, al libre comercio, a los tratados comerciales de los Estados y un rechazo a las políticas proteccionistas. Es un claro y contundente mensaje contra el discurso enarbolado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump ha anticipado que su gobierno dejará de pertenecer al foro APEC, porque entiende que ese mecanismo integracionista sólo beneficia a China y afecta a los intereses estadounidenses. También, ha advertido que el Nafta deberá ser renegociado o de lo contrario Estados Unidos saldrá de ese tratado comercial rubricado con México y Canadá.
Mientras él expresa desconfianza y desinterés por algunos bloques y tratados bilaterales y comerciales suscritos por el gobierno de Estados Unidos con otros países, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) exhorta a la comunidad mundial a continuar fortaleciendo los acuerdos de cooperación e integración regionales.
El presidente Barack Obama quien estuvo en Lima ha tratado de transmitir un mensaje de “tranquilidad” a los demás líderes reunidos allí en relación a las políticas exteriores que promoverá Trump.
EE.UU. vs. China
La potencia económica y militar que representa la República Popular de China, como líder prominente del Foro del APEC, es un factor que Washington deberá tomar en cuenta cuando asuma el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
El presidente chino Xi Jinping reafirmó en su estadía en Perú que su país seguirá ampliando y fortaleciendo sus inversiones en Latinoamérica con la promoción de puentes de inversión.
Estuvieron presentes igualmente los mandatarios de México, Colombia, Chile, China Taipéi, Malasia, Indonesia, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Rusia, Japón, Nueva Guinea, Tailandia, Brunei, Estados Unidos, República Popular de China y el país anfitrión, Perú.
“Ocho años después de que el Perú acoja APEC por primera vez, la recuperación económica mundial está progresando, pero enfrenta desafíos cada vez más amplios e interrelacionados. La confluencia de la desigualdad en algunas economías y el crecimiento económico desigual, así como la degradación ambiental y los riesgos planteados por el cambio climático, afectan las perspectivas de desarrollo sostenible y profundizan la incertidumbre hacia el futuro inmediato. Además, la globalización y sus procesos de integración asociados son cada vez más cuestionados, contribuyendo a la aparición de tendencias proteccionistas”, expresa otra de las conclusiones del Foro APEC.
Cincuenta años atrás hablar o escribir en los medios de comunicación de la República Popular de China era identificarse con la corriente comunista, ser un enemigo del sistema capitalista liderado por Estados Unidos o simplemente obedecer a los lineamientos de Mao Tse Tung.
Ahora, el gigante asiático, la segunda economía en el mundo se encamina a convertirse en la potencia más influyente en Asia-Pacifico.
La historia y la presente coyuntura política en el universo podrían convertir a la República Popular de China en el colchón y salvavidas que requerirán las economías mundiales, particularmente Latinoamericanas, a partir de las medidas que adoptará el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Miércoles, 23 de noviembre del 2016