El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es un aporte de la Republica Dominicana a la humanidad. Fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a propuesta de nuestro país en el año 1999. Se tomó como referencia este día en conmemoración del asesinato, en el año 1960, de las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz, por matones al servicio de la dictadura de Trujillo.
Sin embargo, nuestro país no ha hecho honor a su gesto. No se ha trabajado para una verdadera política de “eliminación de la violencia contra la mujer”, muy por lo contrario, la violencia contra la mujer (adulta, joven, adolescente, niña), se incrementa con rasgos cada día más brutales y criminales. La violencia contra las mujeres se presenta en muchos ámbitos: física, sexual, cultural, psicológica, económica…, todas las cuales se interrelacionan y las afectan en distintos niveles, dejando secuelas que pueden perdurar para toda la vida.
En la República Dominicana 1,131 mujeres han muerto desde el 2010 al 2015. Se estima que cada año son asesinadas unas doscientas mujeres como consecuencias de la violencia machista extrema, según la estadística de la Procuraduría General de la República. Los datos de las que han sobrevivido a la violencia son por supuesto de una magnitud inconmensurable, como lo son también las secuelas psicológicas, físicas, sexuales y de salud en general que estos hechos.
La sociedad dominicana reproduce en todas sus instituciones un modelo de sociedad patriarcal, androcéntrica, que sitúa al hombre como el centro de todas las cosas. A la par de esta abominación antropológica y cultural, la sociedad dominicana no ha sido educada para la paz. Seguimos teniendo un modelo de educación machista, mediocre, violento. Amplios sectores sumidos en la miseria, mientras otros se enriquecen de forma obscena, son factores íntimamente vinculados a una violencia que emerge como consecuencia de una sociedad profundamente injusta.
Los avances en medidas de protección han sido anuladas frecuentemente en los niveles operativos de aplicación de la ley. Son muchos los casos de muertes por negligencia ante denuncias de mujeres amenazadas. La violencia contra las mujeres forma parte de este modelo de sociedad patriarcal agotado, que asume a la mujer como propiedad privada del hombre. Es necesario empezar con nuestra niñez en las escuelas para que superen modelos basados en roles masculinos y femeninos, motivos frecuentes de estereotipos sexistas que conducen a la violencia de género.
Al conmemorarse este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es urgente que nuestras autoridades asuman el tema de la violencia contra la mujer como una emergencia nacional. Para ello se debe colocar en la agenda nacional (gobierno, empresariado, sociedad civil), la construcción de un modelo de sociedad en la que prime la justicia, la educación para la paz, la equidad de género. Un modelo en que emerjan nuevas masculinidades, capaces de construir junto a las mujeres un mundo de igualdad.