Ningunos, o muy pocos, de aquellos que han estado apoyando que se impida tajantemente el aborto, se harían los desentendidos si se enfrentaran al hecho de que una hija o familiar se viera en las circunstancias o disyuntivas planteadas por el presidente Danilo Medina en su observación al Código Procesal Penal.
El mandatario Medina ha hecho una serie de reparos al texto que muy probablemente tengan origen no solo en la condición de presidente de la República, sino de padre de tres hijas a las que él no dejaría morir en caso de que se vean expuestas a situaciones de riesgo como la descrita por él mismo.
Medina bien podría hacer lo que ha hecho la mayoría de diputados y senadores quienes aprobaron el Código Penal, calculando probablemente de ante manos que de presentarse un riesgo de embarazo en una esposa o hija, ellos tienen los recursos, oportunidad, influencia y poder, incluso, de resolver ese asunto sin riesgo de penalización, y en todo caso si lo hubiera, sacando al pariente del país. De ese privilegio no disponen las familias pobres a quienes se le estaría sentenciando a la muerte.
En su propuesta el mandatario establece que en los casos que se interrumpa el embarazo por un personal médico especializado este no sea castigado si se agotan los medios científicos y técnicos disponibles para salvar las dos vidas, hasta donde sea posible.
Otro planteamiento suyo es “que no se considere un hecho punible cuando el embarazo sea resultado de una violación, rapto, violación a una menor valiéndose de engaño o superioridad, o incesto, siempre que se practique dentro de las primeras doce semanas de gestación y que el hecho punible hubiere sido denunciado o sea manifiesto que la víctima ha estado en la imposibilidad de hacer la denuncia”.
Y precisa el gobernante que con las observaciones no pretende imponer a la mujer la obligación de elegir interrumpir el embarazo, sino permitirle, en condiciones de salubridad y seguridad para su vida, decidir sin temor.
Es correcto, humano y responsable de parte suya hacer las observaciones indicadas, actitud que desdice de los diputados y senadores que aprobaron el proyecto.