SANTIAGO.- El alcalde Abel Martinez ratificó este viernes que se acerca a su fin el mercado de pulgas, que cada jueves se ha venido celebrando en algunas de las calles del barrio Pueblo Nuevo.
Esa mañana la institución edilicia emitió una declaración escrita, en la que anuncia que hoy intervino ese barrio, para una jornada de limpieza en todas sus calles.
Y Martínez ha instruido a las brigadas de limpieza del Ayuntamiento a concentrarse en esa barriada y ejecutar una jornada para limpiar calles, retirar escombros, limpiar imbornales y otros, como un adelanto de la intervención profunda a la que será sometida a partir de que dicho mercado de pulgas sea trasladado el próximo día cinco de enero, fecha establecida en el acuerdo.
¨Inmediatamente sea trasladado el mercado de pulgas a su nueva ubicación, Pueblo Nuevo será convertido en un barrio modelo, lo intervendremos de manera profunda después del jueves cinco de enero, que es la fecha en la que será trasladado el mercado informal y ya el viernes seis de enero estaremos aquí para iniciar el proceso de convertir el barrio en un modelo¨, dijo el alcalde.
Sin embargo, los vendedores insisten en que no aceptarán ser llevados a un solar ubicado en el sector Jardines del Oeste, mientras que los residentes allí rechazan tenerlos como vecino.
El administrador del municipio aseguró que en el lugar se construyen 1,600 cubículos para ser utilizados por quienes ofertan mercancías, 400 áreas más que la cantidad de determinada en un censo que se realizó.
Y que alrededor de mil extranjeros que hasta ahora han participado en el mercado de cada jueves en Pueblo Nuevo, casi todos haitianos, podrán ejercer esa labor en el nuevo lugar, siempre que demuestren están en el país de manera legal.
“El desorden no se puede imponer sobre las normas”, ha dicho Martínez, con lo que da seguridad de que el pulguero de Pueblo Nuevo será traslado hacia el sitio determinado, donde obreros trabajaban esta mañana de manera acelerada, con el objetivo de concluir a tiempo.
Pero los vendedores, agrupados en una asociación, insisten en que no aceptarán ser movidos a ese lugar, alegando que es tan pequeño que no albergaría la mitad de ellos, aunque se dejen fuera del negocio a los haitianos.
A la reticencia de ellos se suma la actitud de los residentes en los Jardines del Oeste, quienes consideran que permitir que opere allí el mercado informal en cuestión, significaría que en poco tiempo serían víctimas del desorden y la suciedad que genera ese tipo de negocios, como ocurre en Pueblo Nuevo.