El Gran Maestro de la Orden de los Caballeros de Malta Matthew Festing presentó su renuncia siguiendo la petición de Francisco. Lo anunció a la Reuters un vocero de la Orden: «El Papa le pidió que renunciara y él aceptó». Es la nueva sorprendente noticia dentro del marco de la contienda que comenzó con la caída, en diciembre de 2016, del Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, acusado de haber permitido hace algunos años la distribución de preservativos en África y Asia por parte de una ong que colaboraba con la Orden de Malta. Boeselager siempre se ha defendido afirmando que no conocía la iniciativa y que la detuvo cuando tuvo noticia.
Quien pidió la destitución de Boeselager fue el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, patrón de la Orden de Malta, quien invocó el aval del Papa a la operación durante una audiencia en noviembre de 2016. Francisco había preparado una carta para Burke en la que pedía que se vigilara sobre el respeto de la moral católica, pero también pedía que se solucionara el problema con el diálogo dentro de la Orden misma. No queda claro si la carta fue divulgada entre los integrantes de la cúpula de los Caballeros mientras el Gran Canciller, el «segundo de a bordo» de la Orden, fue destituido a pesar de la petición del Pontífice de afrontar el problema de otra manera.
Boeselager no aceptó pasivamente su caída y apeló a la Santa Sede. Después de dos cartas del Secretario de Estado, en las que se recordaba el auténtico contenido de la carta papal y se invitaba, sin éxito, a considerar nuevamente la remoción del Gran Canciller, Francisco nombró una comisión guiada por el arzobispo Silvano Tomasi para que arrojara luz sobre el caso.
El Gran Maestro Festing, de 67 años, respondió con palabras muy duras a la decisión del Papa, reivindicando la plena autonomía de los Caballeros de Malta y afirmando que la dirección de la Orden no habría colaborado de ninguna manera con la comisión nombrada por el Papa. También se trató de desacreditar a la comisión misma, y se llegó a afirmar que algunos de sus miembros tenían relaciones con Boeselager. El Vaticano respondió inmediatamente, confirmando su confianza en la Orden de alta y en todas sus actividades caritativas en el mundo, pero al mismo tiempo garantizaba su absoluta confianza a la comisión guiada por monseñor Tomasi.
La renuncia de Festing es el signo evidente de que se rompieron todos los equilibrios en la cúpula de la Orden de Malta. Según algunos observadores se estaría llevando a cabo un enfrentamiento entre el alma inglesa y el alma alemana de los Caballeros, algunos de cuyos miembros son profesos y por lo tanto representan una orden religiosa en toda regla. Un papel protagónico en todo el caso lo ha jugado el cardenal Burke.
En una nota de hoy, 25 de enero de 2017, la Sala de Prensa de la Santa Sede comunicó que «el Santo Padre ha aceptado tal renuncia, expresando a Fra’ Festing aprecio y reconocimiento por los sentimientos de lealtad y devoción hacia el Sucesor de Pedro y la disponibilidad para servir humildemente al bien de la Orden y de la Iglesia». El gobierno de la Orden «será asumido “ad interim” por el Gran Comendador hasta que sea nombrado el Delegado Pontificio».