Con la llegada del presidente estadounidense Donald Trump, Estados Unidos de América ha dado un giro diplomático sorprendente e inesperado, pasando de lo global a lo nacional, del libre mercado al proteccionismo nacionalista y de la diplomacia multilateral a la diplomacia bilateral, lo que está provocando preocupación entre las naciones aliadas.
Las relaciones diplomáticas entre EE.UU y los Estados Unidos Mexicanos, son las primeras que están experimentando un sensible deterioro, por la decisión del presidente Trump de construir un muro a todo lo largo de la frontera entre ambas naciones y sobretodo que la construcción del mismo deberá pagarlo México.
Hay que señalar que la política exterior entre México y Estados Unidos es de gran importancia para ambas naciones y a la vez es muy compleja, la cual ha sido dinámica, cambiante y ha estado expuesta a grandes pruebas a travez de la historia.
Estados Unidos y México tienen diferentes orígenes y su idiosincrasia es distinta, existe una gran asimetría en el desarrollo de ambas naciones, por lo que se crea un mayor flujo migratorio desde México hacia EE.UU, en busca de mejores oportunidades de una amplia franja de los sectores más deprimidos de la nación Azteca.
La realidad es que actualmente México y Estados Unidos tienen intereses comunes y por ende una inter relación que les obliga a buscar puntos de convergencia para enfrentar asuntos comunes que son inherentes a países que tienen fronteras comunes.
Los temas más importantes a nivel bilateral son la lucha contra el consumo de drogas, el terrorismo internacional, el ex presidente expresidente Felipe Calderón consideró que “México es pieza fundamental para la seguridad interna de Estados Unidos y no tiene que dar por dado el apoyo mexicano en esa materia”, expresó en un foro organizado por Televisa..
Estados Unidos tiene que tener conciencia de la ventaja que representa México por su ubicación geográfica haciendo frontera al sur, Por ser un país sin convulsiones sociales y estable políticamente.
Es importante remembrar el año 1939, cuando se inicia la segunda guerra mundial entre Alemania (el Eje) y gran parte de Europa (los Aliados), México resultó ser una nación de vital importancia para la seguridad geoestrategica de Estados Unidos. Desde ese momento histórico las relaciones de ambas naciones cambiaron de ser ríspida a relaciones bilaterales formidables y se tornaron con mayor fortaleza diplomática.
México rompió las relaciones diplomáticas con Japón por el ataque a Pearl Harbor, lo que dio paso a que Estados Unidos y México formarán una comisión de defensa conjunta. Es importante puntualizar que México le declaró la guerra al Eje porque Alemania le hundió dos barcos petroleros de su flota mercante.
Podemos de manera sucinta enumerar los momentos más álgidos entre EEUU y México.
La guerra entre Estados Unidos y México entre el año 1846 y 1848, que produjo como resultado que EE.UU al trazar la línea divisoria se anexará según dicen algunos historiadores una amplia franja del territorio mexicano.
En el 1938, se produce la la nacionalización de la industria petrolera mexicana. Esto provocó una crisis a nivel de las dos naciones de gran proporción a la vez que la clase obrera mexicana acentuaba sus sentimientos nacionalista.
En el gobierno de presidente Richard Nixon, hubo una fricción por asuntos fronterizos y el paso de drogas desde México hacia EE.UU lo que motiva la puesta en marcha de manera unilateral de la Operación Intercepción, los agentes norteamericanos inspeccionan los vehículos uno a uno y de manera minuciosa, lo que produjo profundo malestar en el gobierno mexicano. A las tres semanas de la tediosa práctica se pusieron de acuerda y es donde se inicia la cooperación en detener el flujo de drogas por la frontera.
En el año 1985 la muerte de Enrique Camarena un agente especial de la DEA, que estaba laborando en el consulado de Guadalajara, quien había descubierto y destruido una enorme plantación de marihuana, su cuerpo fue llevado a Michoacán, fue salvajemente torturado por sus secuestradores, que sospecha fue un mensaje de los narcotraficantes y el gobierno mexicano manejo insatisfactoriamente para el gobierno norteamericano llegando a crear una crisis bilateral.
En el año 2002 el presidente George W. Bush, se decepcionó por la negativa de México a votar en el Consejo de Seguridad de la ONU
a favor de intervención de Estados Unidos a Irak. Se produjo un enfriamiento de las relaciones diplomáticas bilaterales.
El muro de la discordia ¿cuáles son sus alcances y sus debilidades en materia migratoria y narcotrafico?
México y Estados Unidos comparten una frontera de 3,201 kilómetros, que separan físicamente del lado mexicano: Los Estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, del lado de Estados Unidos: California, Arizona, Nuevo México y Texas. Existen 40 puntos de cruce legales.
El muro será de concreto y acero proyectado de ocho a 10 metros hacia arriba, y 5 metros bajo la tierra. El muro indiscutiblemente disminuirá la inmigración por la frontera, pero es importante señalar que los inmigrantes ilegales entran al territorio por otros mecanismos (puertos y aeropuertos).
Ahora bien será efectivo el muro para disminuir el tráfico de droga, considero que no, porque existen muchos medios y mecanismos cada vez más novedosos y sofisticados como los submarinos y los drones, entre tantas inimaginables.
Al día cruzan la frontera aproximadamente 250 mil a 300 mil vehículos livianos y 15 mil camiones. Se registra el desplazamiento de un millón de personas que realizan diferentes actividades como trabajar, comerciantes, estudiantes y el turismo. El Centro Wilson dice en un informe que el intercambio comercial en la frontera es de US$1.000 millones diarios. En lo teórico nada de esto debe afectarse por ser actividades legales y que se realizan de manera coordinada, salvo que la administración Trump ponga trabas a los permisos de trabajo, visas o que eleve las tarifas de las tarjetas para cruzar la frontera.
Las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y América Latina, parece tomarán un nuevo e inesperado giro, cuyas consecuencias e impacto son imprevisibles.
El autor es diplomático y analista de política internacional.