En este último cuarto de siglo los gobiernos latinoamericanos han sido electos de manera democrática, excepto Cuba, donde se produjo el relevo presidencial del líder de la revolución cubana de manera sucesora por su hermano Raúl Castro; esta fue una decisión autocrática del Comandante Fidel Castro.
La democracia se ha ido consolidando en toda la región y podemos asegurar que los golpes de estados son cosas del pasado, sin embargo, las instituciones democráticas no han evolucionado hacia la perfección que demandan los tiempos, muy por el contrario, encontramos que los niveles de corrupción de la mayoría de los gobiernos son una verdadera amenaza a la estabilidad política y social del área.
El soborno, cohecho, enriquecimiento ilícito, falta de transparencia en el manejo de los recursos del Estado, negocios y contrataciones de obras sobrevaluadas son una constante en la clase política gobernante de América Latina. Presidentes, ministros, directores generales, funcionarios de alta jerarquía, con la capacidad para tomar decisiones y empresas privadas (empresarios corruptores) se asocian para cometer "indelicadezas" como pastoralmente le llamó el presidente Dr. Joaquín Balaguer a los actos de corrupción de su gobierno.
Analizaremos el caso de la Odebrecht en América Latina y muy especialmente en República Dominicana, donde el flamante Procurador General de la República ha anunciado como un triunfo del gobierno del presidente Danilo Medina Sánchez, la firma de un acuerdo con la corruptora Odebrecht, como un logro el pago del duplo del soborno y una forma de hacer "Borrón y Cuenta Nueva". Nos proponemos hacer una síntesis de este caso de corrupción que forman parte de esta crónica negra para Latinoamérica, las democracias erigidas sobre el oro corruptor, que descalifica a los políticos éticos y honestos por gánsteres de Estado.
En esta compilación ha realizado una excelente investigación la Ingeniera Ivette De Jesús, quien también ha traducido al inglés por ser una crónica que debe ser del conocimiento de los EE.UU, donde la justicia ha realizado un trabajo de investigación formidable, que ha obligado a los países paraísos de impunidad a tomar medidas en el presente escándalo.
La corrupción es considerada como un fenómeno político, social, económico y moral a nivel global . Está desviación administrativa afecta a las sociedades de todo el planeta; la diferencia estriba en las respuestas jurídicas de cada nación para defender su Estado y cuidar del sistema político, a fin de que su credibilidad no se vea afectada, y provoque la rebeldía del pueblo.
La corrupción de Estado, se puede convertir en una actividad que traspasa los linderos del robo y la impunidad, ya que en ocasiones constituye una actividad criminal de Estado, provocando luchas políticas de grupos rivales, dejando una secuela de crímenes y asesinatos, destruyendo todo el aparato de justicia y rompiendo las bridas de los mecanismos de controles internos para frenar este flagelo en los Estados, donde se aposenta este flagelo, para tales fines, congreso y gobierno se ponen de acuerdo para designar una Justicia, Contraloría y Cámara de cuentas a fines.
La corrupción de Estado, cuida las formas para no ser detectada y evitar suspicacias, los fondos desviados provienen de una acción administrativa legítima o son productos de sobornos por favores de Estado, como son: concesiones mineras, carreteras, peajes, pactos eléctricos, privatizaciones de las empresas del estado, privatización de la recogida de basuras y otras actividades que benefician a terceros.
La corrupción de Estado, prosterna a sus pies fiscales, jueces, líderes políticos, líderes de opinión, medios de comunicaciones de masa y hasta la iglesia en ocasiones; por lo cual aquellos que asumen posturas dignas, en consonancias con los referentes éticos, corren riesgos insospechados de parte de los depredadores del erario nacional. La corrupción es una amenaza permanente contra la estabilidad democrática y el desarrollo integral de los pueblos.
Sociólogos y tratadistas en la materia como Van Klaveren, vinculan la "Corrupción de Estado" con los niveles de atrasos en las sociedades afectadas por esta inconducta administrativa, hay atraso político, institucional y déficit democrático. Este autor define la corrupción como la utilización de cargos públicos como plataforma para obtener ingresos ilegales.
La empresa Odebrecht es uno de los emporios latinoamericanos más grandes en construcción, con presencia en 27 países y 4 continentes, este monstruo de la industria lucía como una de las empresas más robustas y exitosas de la región. Pocos se imaginaban que este éxito fue construido abriéndose paso a fuerza de corrupción. Para poner en contexto nuestras opiniones al respecto, recapitularemos los casos conocidos que tiene dicha empresa y su evolución hasta el momento.
No olvidemos que todo esto se desató a raíz del infame caso Lava Jato y sus ramificaciones en Brasil, cuyo escándalo salpicó no solo al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, señalándolo como negociador o facilitador del esquema de corrupción que involucraba a Odebrecht, sino que también le costó la presidencia a su pupila, la ex presidenta Dilma Rousseff.
El presidente de la empresa Odebrecht, Marcelo Odebrecht fue acusado en Brasil y procesado por fraude en licitación, corrupción activa y pasiva, lavado de dinero y creación de cartel. Actualmente, está en prisión sirviendo una condena de 19 años, dictada el 8 de marzo de 2016. La empresa ha aceptado pagar 3.5 billones de dólares de multa, la mayor de la historia por sobornos, tras ser acusada de entregar 439 millones en sobornos en al menos 12 países para garantizarse la adjudicación de obras públicas.
En nueve países latinoamericanos, existe básicamente la misma historia con Odebrecht: se introducía uno de sus negociadores en las altas esferas políticas (de este tanto se acusa a Lula da Silva) y a puertas cerradas, “el hombre del maletín” ofrecía altos montos en sobornos para beneficiar la empresa con la adjudicación de contratos públicos por distintos tipos de obras, que posteriormente eran sobrevaluados por la empresa y así sustentaban esta cadena de corrupción permanente.
En México actualmente, se está investigando a Odebrecht por los presuntos sobornos entregados, que ascienden a más de 10 millones de dólares. Los mismos según se sospecha, fueron entregados entre el 2010 y 2014 con la finalidad de que se les adjudicaran contratos públicos.
En Argentina se estima que entre 2007 y 2014, se entregaron unos 35 millones de dólares a lobistas, quienes a su vez entregarían los montos a funcionarios del gobierno; para beneficiarse de proyectos de infraestructura, en los que se calcula la empresa logró beneficios por más de 278 millones de dólares. El jefe del espionaje argentino, Gustavo Arribas, se ha visto obligado a acudir a la justicia para tratar de esclarecer unas transferencias que le hizo Leonardo Meirelles, la persona que utilizaba Odebrecht para pagar sus sobornos y que ha sido condenado en Brasil por esa actividad. El fiscal ha pedido su imputación y una serie de pruebas para investigar un posible soborno.
En Colombia entre los años 2009 y 2014 se presume pagó unos 11 millones de dólares para obtener contratos de obras públicas. Se estima se beneficiaron con unos 50 millones de dólares. Actualmente Colombia ha removido a Odebrecht de las obras en ejecución, y se encuentran sopesando soluciones al término de las obras inconclusas.
En República Dominicana entre 2001 y 2014 el monto asciende a unos 92 millones de dólares entregados a funcionarios y lobistas; por las mismas causas antes mencionadas.
En Ecuador, entre los años 2007 y 2016 se presume pagaron unos 33.5 millones de dólares a funcionarios del gobierno.
En Panamá entre 2010 y 2014, pagaron más de 59 millones de dólares en sobornos a funcionarios del gobierno, para obtener obras de infraestructura.
En el Perú, entre 2005 y 2014, pagaron unos 29 millones de dólares. En el caso del Perú, el presidente Alejandro Toledo se ha visto implicado como una de las personas más beneficiadas en el caso de recibir los sobornos. Actualmente la justicia peruana ha vetado la opción de Odebrecht de licitar nuevas obras en su país, debido al escándalo de corrupción.
En Venezuela, entre 2006 y 2015 Odebrecht pagó más de 98 millones de dólares, a funcionarios e intermediarios. De toda la región latinoamericana, este es el monto más alto entregado por concepto de coimas por Odebrecht.
Fuera de la región, en los países africanos, también admitió la empresa haber entregado sobornos por unos 50 millones de dólares en Angola y unos 900,000 dólares en Mozambique.
Aunque en Chile no se ha destapado oficialmente ningún escándalo, según la revista Veja de Brasil, un ex funcionario del Partido de los Trabajadores (PT) reveló que “en noviembre del 2013, Lula (Da Silva) viajó a Santiago en un jet dispuesto por OAS, dio una charla pagada por OAS y se encontró con Michelle Bachelet. En el mes siguiente, un consorcio integrado por la empresa ganó una licitación en el país” (refiriéndose a la construcción del Puente Chacao), dando a entender que la empresa habría entregado dinero para financiar la campaña de la presidenta Michelle Bachelet. (Próximo envío Crónica Negra de la corrupción en República Dominicana).
El autor es diplomático y analista de política internacional.
Coautor Ivette De Jesús, Ingeniero, Especialista en Gerencia de proyectos.