Asciende a 22 niñas fallecidas y 38 heridas, 16 de ellas en estado crítico, tras adolescentes prender fuego a sus colchonetas como protestas por las condiciones en que se encontraban.
Por Isabel Soto Mayedo
Guatemala, 9 mar (PL) La consternación y la rabia atraviesan hoy muchos mensajes en las redes sociales de Guatemala, donde el Estado es considerado el culpable principal de la tragedia en el refugio infantil Virgen de la Asunción.
Buena parte de la ciudadanía mantiene sus recelos acerca de lo ocurrido en la institución, que lejos de resguardar a menores de edad en situación de conflicto, otra vez desató el escándalo, pero ahora con un saldo de muerte que asciende a 22 niñas fallecidas y 38 heridas, 16 de ellas en estado crítico, según registros médicos.
Desde 2015, el presunto hogar seguro de la aldea El Platanar, en el municipio metropolitano de San José Pinula, cayó en la picota pública por los abusos contra menores de edad hacinados allí y por las desapariciones de decenas de estos, probablemente por la trata de personas en la modalidad de explotación sexual y reclutamiento forzoso.
En noviembre de 2016 la alharaca volvió a desatarse cuando varias escapadas de la entidad contaron a la prensa los maltratos que sufrían, al punto que la Organización de las Naciones Unidas, a través del Comité de Derechos del Niño, solicitó al Estado su cierre porque no cumplía con la función de protección.
El organismo internacional recomendó esa salida porque para la fecha estaba rebasada la capacidad del recinto, concebido para 400 internos y donde convivían 748 niños, niñas y adolescentes institucionalizados por orden de juez, debido a que recibieron maltrato, fueron violentados o estaban en la calle.
Pese a que esos internamientos debían ser temporales y sin ánimos correctivos, llama la atención la apariencia de la entidad, similar a la de un correccional con cámaras de vigilancia y hasta alambrado con púas.
Pero más preocupante es que tras el desastre, el titular de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS), Carlos Antonio Rodas, aseguró que entre los 85 supuestamente amotinados del martes y las víctimas del siniestro posterior algunos habían cumplido sanciones penales.
El funcionario esgrimió que invirtieron más de cinco horas en tratar de llegar al diálogo con los participantes en la revuelta y que finalmente fueron dominados por la fuerza pública, después de lo cual se les practicó una requisa, en la que 'no se encontraron otros objetos amenazantes'.
Pero el miércoles, sobre las 09:00 hora local, 'sucedió un hecho trágico que lo lamentamos mucho. Algunas de las adolescentes le prendieron fuego a las colchonetas', señaló; y consideró que ello pudo evitarse con una orden judicial.
Sin embargo, para la Comisión del Menor y la Familia del Congreso lo ocurrido derivó del estado de indefensión en que está la niñez, por falta de políticas públicas y de prevención que atiendan de raíz las causas que provocan que los albergados sean objeto de malos tratos en instituciones como esa.
La inconformidad con las condiciones materiales de albergue, de discriminación, la falta de alimentación adecuada, de vestido e higiene, motivaron la protesta y quema de los colchones el martes, señaló el grupo legislativo.
A juicio del director de la radio Dezurda, educador Carlos Sánchez Alfaro, el Estado es absolutamente responsable de las muertes de niñas que este 8 de marzo conmocionaron a Guatemala e impactaron a quienes pretendían festejar el Día Internacional de la Mujer.
Un hecho de esta magnitud, contra los más vulnerables -niños y niñas, víctimas del maltrato intrafamiliar, no puede ser casual en un país donde sectores económicos y militares consolidan su dictadura, en el marco de la represión, sugirió.
Y recordó que el caos provocado por el incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción ocurrió a pocas horas de que cerca de 40 mil personas pidieran la renuncia del presidente, la nacionalización de la energía eléctrica y exigieran respuestas sobre la exoneración de impuestos para miembros de la cúpula empresarial.
'Muy oportuno, por supuesto, para los que mueven los hilos de la manipulación, sacando de la agenda mediática el clamor del sector campesino', subrayó.
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