Somos uno de los países más corruptos e inseguros del mundo.
Un país donde la vida no vale nada, como dice el cantor cubano Pablo Milanés.
Un país con una guerra no declarada donde mueren inocentes todos los días ante la mirada indiferente de las autoridades que juegan a la política con la muerte de los ciudadanos.
Culpo al gobierno por el incremento de la violencia y la criminalidad; por las violaciones, asaltos, robos, atracos y crímenes que se producen todos los días. ¡Y por la corrupción que empobrece, margina y provoca crímenes y delitos de los que viven en pobreza extrema!
Culpo a Danilo Medina en su condición de jefe de la Administración Pública, el que tiene la facultad constitucional de nombrar y cancelar los funcionarios, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el Departamento Nacional de Investigación (DNI), que lejos de ser partes de la solución forman parte del problema.
Culpo a Danilo Medina por su insensibilidad, por su falta de carácter, por su incapacidad para enfrentar la inseguridad ciudadana.
Culpo al sistema judicial. Jueces y fiscales inútiles al servicio del poder.
Culpo al Partido de la Liberación Dominicana porque sus gobernantes (Leonel y Danilo) no han sido capaces de frenar la delincuencia que nos azota dejando secuelas de sangre, luto y horror imborrables.
Los delincuentes, de arriba y de abajo, del sector público y privado, los de cuello blanco y los de cuello sucios, se han apoderado del país de tal manera que ningún hombre, mujer, niño, joven o anciano, está seguro en ningún lugar. Te puedan matar o atracar en la calle, en la casa, la escuela, la universidad, la oficina, la fábrica, el cine, la discoteca, un bar. La muerte asecha en cualquier parte como en una película de terror.
Nadie está exento de morir abruptamente a manos de un delincuente.
Nadie excepto las esposas, amantes, hijos, hermanos, padres, amigos y demás relacionados de los poderosos del gobierno y de las 20 y tantas familias dueñas del país.
Esos no serán asesinados, asaltados o violados porque están protegidos día y noche por guardias y policías fuertemente armados que pagamos los ciudadanos que sí estamos expuestos al crimen y el delito.
Un día cualquiera, mañana, tarde o noche, usted que lee este artículo recibir una llamada trágica informándote que tu madre, padre, hijo, hermano o hermana, amigo o amiga, ha sido objeto de un asalto, una violación, un atraco o asesinado vilmente para robarle un insignificante celular.
Solo te quedará reclamar una justicia que no llegará nunca y que no te devolverá al ser amado.
El gobierno mantiene una policía parasitaria, incapaz, sin recursos, sin buenos salarios, sin los equipos necesarios. Una policía corrupta y criminal. No es casual que en la mayoría de los asaltos y crimines haya involucrado un agente policial o militar. En los cárteles de drogas también. Más del 80 por ciento de los asaltos, atracos y crimines se producen en motocicletas. Las autoridades lo saben, pero no hacen nada.
No sólo culpo a Leonel, a Danilo y al PLD, también culpo a los partidos de oposición que han utilizado el tema políticamente, pero sin hacer nada salvo emitir una que otra declaración de prensa.
También debemos culparnos los ciudadanos por no organizarnos y tomar las medidas que demandan las circunstancias, por no tomar el problema en nuestras manos ante el desamparo oficial.
¡Nos están matando sin defendernos! ¡Los delincuentes nos han declarado la guerra! ¡Hagamos algo para detener esta masacre! ¡Rescatemos el país!