Algunos sectores opuestos a la impunidad imperante no se deciden a evitar ciertos tropezones, negándose tozudamente a levantar los pies.
Escucho pedirle a jefaturas corrompidas que actúen correctamente en casos donde importantes mandos policiales están asociados a bandas civiles y a graves delitos.
Iguales solicitudes se le hacen al multi-cartel llamado DNCD.
Se le pide también a un Tribunal Electoral controlado por la corporación morada que examine y condene abusos contra la oposición electoral, cuando tales iniciativas resultan ridículas luego de tantos intentos fallidos.
A pesar de que el sistema de investigación, formulación de cargos y sanciones –integrado por Policía, Ministerio Público y poder judicial- ha sido conformado para garantizarle impunidad a dirigentes políticos, altos funcionarios, mandos militares-policiales y grandes empresarios criollos y corporaciones extranjeras… hay quienes siguen desconociendo la creciente convicción popular de que para hacer justicia habría que cambiar gobierno e instituciones podridas.
Se le solicita al Presidente del sistema corrupto y corruptor, y al mando político que manipula ese blindaje que sean receptivos respecto a la lucha contra la impunidad, cuando se ha evidenciado que los grandes escándalos de corrupción tienen la marca de jerarcas de su gobierno y su partido, e incluso su propio sello.
Del Congreso no hay que hablar: es un estercolero y de allí es imposible que surja una ley de partidos y/o electoral aceptable. Pero se insiste en esa tontería.
Pasa así con casi todas las alcaldías, Cámara de Cuentas y sistema electoral, aunque al estar la JCE integrada por una nueva membrecía a la que muchas personas –no es mi caso- le dan el beneficio de la duda, ameritaría que se le exija investigar los financiamientos de ODEBRECH a las campañas de Danilo-Margarita-PLD y la estafa de los scanner de RR, como primeras pruebas nacionales.
Hacer como el avestruz ante esta cruda realidad podría resultar favorable a la continuidad del reinado de la impunidad.
Pienso, que el hecho de que el hueso sea duro de roer, no debe conducir a obviar el desafío ni a sembrar pesimismos, como penosamente hizo el Obispo Masalle luego de su acertada denuncia sobre la descontada resistencia de un presidencialismo generador de corrupción e impunidad.
Negarse a plantear un cambio de gobierno y sistema instalado, obviar la necesidad de un proceso constituyente que refunde la republica, podría obedecer a una errónea subestimación de las potencialidades del movimiento verde en marcha ascendente, que hoy mostrará su esplendor en Santiago.
26-03-2017,