Las cada vez más grandes movilizaciones de gente de todos los estratos sociales indican claramente que la sociedad dominicana está más que tocada en su conciencia por el odioso flagelo de la corrupción impune. Las más numerosas y diversas voces de la opinión pública expresan severos apremios y razonables advertencias. Entonces, ¿qué esperan las voces más altas del PLD para actuar ya en consecuencia frente a estas masivas demandas, en bien del futuro de su partido? ¿Será, en verdad, que cada uno de sus máximos dirigentes sabe demasiado de quienes se le sientan a ambos lados? (Es difícil validar esa sospecha).