El presidente del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, afirmó que en términos generales, el populismo NO es una ideología ni una corriente de pensamiento, y que implica la creación de grupos, movimientos sociales o partidos políticos que participan de la acción política sobre la base de una confrontación o conflicto entre el pueblo.
En ese sentido el expresidente de la República opinó que “entendido como el conjunto de sectores sociales que conforman los de abajo, frente a las élites, identificadas como los privilegiados del poder y la fortuna”.
Leonel Fernández hizo la reflexión sobre el tema en su columna Observatorio Global publicada este lunes en el Listín Diario y Vanguardia del Pueblo Digital, reseñada por la Secretaría de Comunicaciones del Partido de la Liberación Dominicana.
Sin embargo, Leonel Fernández aclaró que el tema es mucho más complejo, ya que el conflicto cambiará de naturaleza dependiendo del momento y de las circunstancias históricas; “y, por supuesto, eso será lo que permitirá establecer las distintas variedades del fenómeno populista, así como la orientación, de derecha o de izquierda, entre los líderes políticos identificados con esa corriente política”.
Explica que como fenómeno histórico, el populismo nació en Rusia, en la segunda mitad del siglo XIX y que surgió de las luchas de los pequeños productores agrícolas o campesinos, llamados Narodniks, que en ruso significa “pueblo”, luego de haber sido emancipados de su condición de siervos, en contra de las nuevas corrientes capitalistas que empezaban a introducirse en el país.
De igual manera, refirió que en la última década del siglo XIX, en los Estados Unidos hizo su aparición el llamado Partido del Pueblo, cuyo objetivo también era luchar por la reivindicación de los productores agrícolas, quienes se veían afectados por el desarrollo de tendencias monopolistas dentro del capitalismo norteamericano de entonces.
“Tanto en la Rusia zarista como en los Estados Unidos, el populismo, como expresión de las luchas agrarias, prevaleció hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. Luego, se disolvió en el caso norteamericano para reaparecer, con nuevas características, a partir de los años 40 hasta la actualidad”, reseñó.
Manifestó que en América Latina, por el contrario, el populismo emergió como reacción ante el Estado oligárquico que se creó luego de la proclamación de la independencia y que está asociado al proceso de industrialización y urbanización que se inicia a partir de los años 20 del siglo pasado, y que se acelera con posterioridad a la Gran Depresión de los años 30.
Indicó que ese Estado populista latinoamericano se caracterizó por adoptar políticas de protección a la naciente industria local, sobre la base de sustitución de importaciones; la intervención del Estado en la conducción de la economía nacional; la nacionalización de recursos naturales, como el petróleo, el cobre y otros productos básicos.
Asimismo, “la reivindicación del pueblo como actor soberano; la invocación de la independencia y la autodeterminación de la nación; la aparición de un líder carismático, que encarna y simboliza los anhelos de cambio social del pueblo; y la identificación de una fuerza externa, el imperialismo, como amenaza al desarrollo nacional”.
Al hablar del populismo contemporáneo dice que en Europa occidental, la adopción de políticas de austeridad frente a la crisis, engendró, tanto en España como en Grecia movimientos contestatarios de izquierda, como fueron el de los Indignados, que acabó convirtiéndose en el partido PODEMOS, liderado por Pablo Iglesias; y el partido Siriza, actualmente en el poder, bajo la dirección de Alexis Tsipras.