El presidente Danilo Medina se encuentra en su peor momento político, con una imagen pública cada día más deteriorada. Ha bajada más de 30 puntos en las encuestas en los últimos cuatro meses.
Al ritmo que va terminara su último mandato constitucional arrastrándose. El caso Odebrecht y otros, como el de los Tucanos, lo mantienen en una encrucijada, obligado a someter a la justicia a gente de su entorno y del ex presidente Leonel Fernández.
El proyecto de otra reelección fracaso. Ahora Danilo deberá tratar de terminar lo mejor posible.
El mandatario está atribulado. Razones tiene de sobra. Procura mantener su popularidad valiéndose de algunas escaramuzas propagandistas y mediáticas, pero sin mucho éxito. Y como si fuera poco en el PLD hay muchos problemas. Aunque aún le quedan algunos empresarios aliados la mayoría le está dando la espalda.
Odebrecht, con Punta Catalina a la cabeza mantienen a Danilo en la cuerda floja, vuelto loco y sin idea. Su única salida honorable es cambiar el gabinete, olvidarse de la cúpula de su partido y comenzar un gobierno nuevo. Pero para precisa de coraje, fuerza de voluntad y determinación, cosas que al parecer no tiene.
El PRM y los demás partidos de oposición deben aprovechar la coyuntura y sacarle el mayor provecho posible.
El PRM debe terminar su proceso de organización interna, escoger su nueva directiva y dedicarse a hacer oposición. Si luego sale airoso en la elección de su candidato presidencial tendrá muchas posibilidades de alcanzar el poder con una política unitaria que abarque distintos sectores.
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