Ayer (28 de abril) salí a las calles esperando ver la bandera dominicana a media asta. Ayer esperé todo el día un gran reconocimiento del Gobierno a la heroicidad de este pueblo, el único de América Latina que ha enfrentado militarmente a la potencia más poderosa del planeta. Ayer esperé inútilmente que esto que eufemísticamente llamamos “Estado”, en cualquiera de sus espacios conmemorara en grande, como es merecido, la gran gesta patriótica del mordiente Siglo Veinte dominicano, tan cargado de heroicidades y martirologios…(Pero ayer, contrario a mi ilusión, se impuso el olvido, implícito desprecio a nuestro más glorioso pasado).