El Congreso de Estados Unidos no aprobará recursos para financiar el prometido muro de Donald Trump en la frontera con México, luego que legisladores republicanos y demócratas consensuaron la noche del domingo un proyecto de presupuesto por un poco más de un billón de dólares que mantendrá funcionando al gobierno de Estados Unidos hasta septiembre, pero que no incluye recursos para el muro fronterizo con México y que rechaza los recortes a diversos programas sociales y a las ciudades santuario.
La iniciativa presupuestaria, la primera propuesta bipartidista que avanza legislativamente en lo que va de la presidencia de Donald Trump, incluye victorias políticas para los demócratas, cuyos votos serán necesarios para aprobarlo en el Senado.
Los republicanos no consiguen fondos para la construcción del muro pero sí un anticipo de $12.500 millones de dólares para el fortalecimiento de las fuerzas militares como lo quería Trump.
De igual manera el presupuesto incluye $1.500 millones para la seguridad fronteriza, pero los demócratas han conseguido un límite estricto para su uso, que solo contempla inversión tecnológica, reparaciones en la infraestructura y camas adicionales en los centros de detención.
La Casa Blanca también se retractó de eliminar subvenciones a las “ciudades santuario” que no compartan información sobre la condición migratoria de algunas personas con las autoridades federales.
“Este acuerdo es un buen acuerdo para el pueblo estadounidense y elimina la amenaza de cierre del gobierno”, dijo el líder de la minoría en el Senado, Charles E. Schumer. “El proyecto asegura que los dólares de los contribuyentes no se usen en un inefectivo muro fronterizo, excluye “píldoras venenosas” y “polizones” y aumenta la inversión en programas de los que depende la clase media, como la investigación médica, la educación y la infraestructura.
El proyecto descarta eliminar recursos a Planned Parenthood, una organización de clínicas comunitarias que proporcionan información y asistencia para el control de la natalidad y el aborto, y según los demócratas, otras 160 medidas presupuestarias conocidas como “polizones” o "agregados", algunas de las cuales habrían recortado fondos para el medio ambiente o disminuido las regulaciones financieras contra la banca.