El destino a veces suele ser muy cruel. Y, si no, pregúntele al patético Procurador General de la República, abogado Jean Alain Rodríguez, muchacho que estaba de lo más quitado de bulla haciendo lo que más sabe: asuntos civiles y comerciales, bien tranquilo en el CEI-RD…Pero de pronto Danilo lo manda a la candelá penal para que le maneje con guantes de amianto (“¿sabe comu´é, mi querido?”) la papa caliente Odebrecht…Y desde entonces vive en insomnio, dando brincos y haciendo un montón de cuentos de mal gusto, hasta ir a parar a Washington a hablar inglés con dos leones, con un pensamiento permanente: “¡Trágame tierra!”.