De dos mil 436 jóvenes encuestadas en tres universidades dominicanas, 295 dijeron haber tenido un aborto y de éstas, el 42.7% afirma que se trató de un aborto inducido.
El porcentaje se dispara cuando a las estudiantes se les pregunta si conocen algún caso de aborto inducido: un 67.1% respondió que sí, mientras que al indagar sobre los métodos de inducción de aborto que conocen, el 69.4% dijo que el más común son las preparaciones caseras; el 50.7 señaló que el uso de un fármaco.
Así lo establece la encuesta sobre aborto en estudiantes universitarias que forma parte de las dos investigaciones que componen el estudio “Situación del aborto en República Dominicana”. La segunda investigación es un análisis cualitativo de la situación del aborto inducido en el país.
El estudio “Situación del aborto en República Dominicana” es una exploración en la que se consultaron dos mil 436 mujeres estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) de seis regiones: Metropolitana, Este, Suroeste Cibao Central, Noroeste, Cibao Nordeste y Valdesia.
El 74.5% de las consultadas coincidió en favorecer más el aborto en el caso de que la mujer tenga un problema de salud a causa de un embarazo que ponga en riesgo su vida, del mismo modo, 72.7% consideró que es un derecho de la mujer suspender el embarazo si el producto viene con malformación incompatible con la vida fuera del útero.
En tanto el 70.06% de las estudiantes entiende que la mujer tiene derecho a decidir un aborto si el embarazo es producto de una violación sexual perpetrada por su padre. El 61.6% apoya la violación perpetrada por otra persona.
Esta investigación fue realizada por la licenciada Germania A. Estévez de Then y el doctor Francisco I. Cáceres Ureña (PhD), con una muestra conformada por mujeres jóvenes: el 86.1% tiene menos de 30 años y el 24.1 menos de 20 años.
En las recomendaciones generales a partir de las conclusiones, figura usar información basada en evidencia para la toma de decisiones, que incluya la aprobación de legislaciones que afecten los derechos sexuales y reproductivos de las personas, en especial de las mujeres y garantizar la educación sexual temprana para prevenir embarazos no deseados y no planificados.
También implementar y adaptar normas, protocolos y guías clínicas para el manejo oportuno del aborto, desde un enfoque basado en evidencia, entre otras recomendaciones tendentes a prevenir la muerte de mujeres por aborto inducidos realizados en la clandestinidad.
Situación del Aborto Inducido en República Dominicana: Revisión Sistémica y Abordaje Cualitativo
Entre los motivos más frecuentes para la inducción del aborto figuran las precariedades económicas y la paridad satisfecha mientras, que contrario a la percepción común, el mismo tiende a ser más frecuente entre mujeres adultas que entre adolescentes.
Así lo revelan datos del estudio Análisis de la Situación del Aborto Inducido en República Dominicana: Revisión Sistémica y Abordaje Cualitativo, de la autoría de los doctores Marija Miric y Eddy Pérez Then, donde se entrevistó a 10 prestadores de servicios de salud o que estén vinculados a estos, y a 10 mujeres que han tenido la experiencia de un aborto inducido.
Las mujeres entrevistadas señalan múltiples dimensiones como causa de los embarazos no planificados, entre ellas su empoderamiento personal frente a los roles de género; las dinámicas de las relaciones de pareja y el acceso a información y a métodos anticonceptivos ajustados a sus necesidades individuales, mientras que proveedores de servicios de salud los perciben como consecuencia de la ignorancia de las mujeres o descuido en el uso de métodos anticonceptivos.
El citado estudio sugiere que una vez tomada la decisión de interrumpir un embarazo, los argumentos legales, religiosos o éticos que podrían censurar esta práctica, no tienden a influir en su decisión.
Ambas investigaciones fueron presentadas a la sociedad médica en el marco del XXIII Congreso Dominicano de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología, el pasado 26 de marzo del año en curso.