Los senadores de la República Dominicana han dado muestra de una actuación llena de responsabilidad y de gran respeto a la constitución, al aprobar el Código Penal manteniendo la condena al aborto y rechazando la propuesta del Poder Ejecutivo de tres causales, que no son más una forma encubierta de legalizar el aborto.
El Poder Ejecutivo había insistido en dos ocasiones en la aprobación de esas tres causales, pero amplios sectores de la sociedad dominicana nos oponíamos de manera firme a ese propósito, en especial los que profesamos la fe cristiana y los que entendemos que el artículo 37 de la constitución es suficientemente claro al afirmar que la vida debe respetarse “desde la concepción hasta la muerte”.
El presidente Medina perdió la visión estratégica al tratar de que los senadores aprobaran esas tres causales, pues tanto él como sus asesores no entendieron que dos de esas tres causales de hecho están contenidas en el código aprobado en el acápite de situaciones especiales (la malformación del bebé y cuando está en riesgo la vida de la madre), y que al tratar de hacer pasar la tercera lo que se hacía era legalizar el aborto, el cual está claramente prohibido por la constitución dominicana.
Ese tercer causal es el que establece erróneamente que cuando se produzca un incesto o violación, la mujer debe tener el derecho de abortar la criatura. Esa posición quiere echar la culpa de la violación al niño que no tiene ninguna responsabilidad del acto violatorio y proceder a su muerte. Una madre, no importan las circunstancias, nunca puede tener derecho para matar a su hijo, y un aborto es un crimen.
Hemos conocido de muchos casos donde niños productos de violación son, a final de cuentas, una verdadera bendición para esa madre, son ellos quienes vienen a darle un verdadero significado a esas vidas de las mujeres, después que pasan la etapa difícil del trauma violatorio. De lo que se trata es de que podamos como sociedad y como estado, darle el apoyo a esas madres que pasan por situaciones de violación, para que puedan tener el apoyo profesional y emocional y logren superar esas difíciles situaciones, de manera que ellas puedan asumir a las criaturas productos de ese mal momento como una gran bendición en sus vidas y les proporcionen todo el cariño y apoyo que necesita ese hijo o hija, que no tiene ninguna culpa de lo que sucedió.
Muchos aducen que esas madres quedan frustradas y que esa frustración se las recuerda de manera permanente ese hijo. Y nosotros pensamos que ninguna frustración justifica un crimen. El reto está en que respetemos el artículo 37 de la constitución y que podamos ayudar a que esa criatura que ha venido de una situación difícil pueda convertirse en un motivo de alegría, amor y bendición para esa madre y para toda esa familia. No hay ninguna razón que justifique que una madre sacrifique a su hijo o hija. El aborto es darle potestad a una madre para que asesine a sus hijos. Eso va a seguir prohibido y debe tener castigo, tal y como establece el código penal aprobado.
Extiendo una sincera felicitación a los senadores de la República Dominicana por haber actuado con gran sentido de responsabilidad, por haber tenido la valentía para rechazar la propuesta del poder ejecutivo y por actuar como firmes defensores de la vida y de la constitución. Que Dios siga bendiciendo a los senadores de nuestra nación.