Con el proceso judicial fruto del escándalo de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se ha visto inmerso en una vorágine de tal magnitud que vive una situación de una gran incertidumbre, la cual lesiona de manera directa sus posibilidades electorales de cara al 2020.
El PLD vive hoy un tsunami politico que tiene y tendrá consecuencias impredecibles tanto internas como externas. Hasta hace una semana, por la mente de ningún analista político podría pasar la idea de que en un gobierno del propio PLD, se acusará y se pidiera prisión preventiva en contra de tres miembros de su Comité Político y dos miembros de su Comité Central. Y lo más grave de todo es que entre esos tres miembros del Comité Político hay uno, el ingeniero Juan Temístocles Montás, que ha sido junto a Danilo y Leonel, uno de los grandes soportes del proceso post-bosch, garantía del exito electoral del PLD y un hombre que todo el mundo cataloga como muy honesto y nunca vinculado a ningún acto de corrupción. Y para ponerle la tapa al pomo, un ministro en funciones del propio gobierno que lo acusa.
Es muy cierto que al gobierno del presidente Medina, sea por convicción o por presión norteamericana, no le quedaba de otra que llevar a la justicia a todas las personas que fueran mencionadas por los funcionarios de Odebrecht que dieron los sobornos en nuestra nación. Con esa acción, el gobierno piensa que baja la presión de la marcha verde, de la sociedad y de los gringos, y además cree que podrá retomar parte de la popularidad perdida por este caso que toca de manera directa a los cuatro gobiernos del PLD del 2004 hasta el día de hoy.
Pero la saña y la impiedad con que ha actuado la procuraduría en contra de los implicados, muestran un comportamiento que ha provocado profundas huellas y heridas en el cuerpo del peledeísmo, que serán muiy difíciles de subsanar. Nadie entiende porque el show y la parafernalia abusiva para hacer preso a quienes habian ido a la procuraduría cada vez que fueron llamados. Nadie entiende porque filmar esos arrestos y entregarlos de manera exclusiva a un espacio de televisión que los mostró con burla y alegría. Y peor aún: nadie entiende por qué la procuraduría se inventa algunas acusaciones que no fueron formuladas por los brasileños y pide un año y medio de prisión preventiva contra todos los imputados, consciente de que ninguno representa un peligro de fuga ni se va a sustraer del proceso judicial.
Si en el juicio los acusados son encontrados culpables, el gobierno y el PLD podrian anotarlo como un tirunfo. Pero si Temo, Valentín, Radhamés, Tommy y Víctor Díaz, o algunos de ellos, logran demostrar su inocencia y son absueltos por la justicia, cómo podrá el presidente y el PLD reivindicarlos y subsanar este mal momento que están viviendo. Esas son heridas que provocan daños de tal magnitud que pasa mucho tiempo y muchos momentos difíciles para encontrar sanación.
Y ante eso, todo apunta a que el PLD internamente camina una ruta que puede llevar a la división o a un enfrentamiento muy duro para lograr la candidatura del 2020, teniendo de fondo las consecuencias de este tsunami político provocado por el caso Odebrecht. Y externamente, esa estrategia del gobierno le ha dado fortaleza al movimiento verde, el cual ya camina a poner el PLD en aprietos al pedir que su Secretario General y otros dirigentes también sean procesados y que, incluso, el propio presidente junto a su gabinete renuncien.
No hay dudas: El PLD parece que camina hacia una debacle política si no sabe manejar con acierto y visión las serias consecuencias de este tsunami llamado Odebrecht.
Es Economista y Comunicador
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