El agrónomo Leonardo Faña, presidente del Frente Agropecuario del Partido Revolucionario Moderno cometió la osadía de enfrentar las “visitas sorpresas” del presidente Danilo Medina señalando que eran una farsa, parte de un plan propagandístico para elevar su popularidad con promesas que no cumplía. Mostró estudios que por alguna razón que nunca entenderé, su partido en medio de una campaña electoral, no aprovechó.
El segundo atrevimiento fue enfrentar la mafia que desde hace muchos años opera desde el Palacio Nacional con los permisos de importación de alimentos que ha sido denunciada por productores, muchos de los cuales han sido llevados prácticamente a la quiebra.
Los productores saben cómo funciona la mafia, pero el temor a ser arruinados los paraliza. Unos se han sumado al negocio como socios menores, otros tristemente esperan que otros vientos soplen en el Palacio Nacional.
El ministro de la presidencia, José Ramón Peralta, ha decidido demandar ante los tribunales al agrónomo Faña por supuesta difamación e injuria exigiendo seis meses de prisión y una indemnización de seis millones de pesos.
Faña comete un error o ingenuidad
imperdonable: Decir que probará en la justicia que sus denuncias son ciertas. No Faña, será imposible que salgas airoso de esta lucha contra alguien tan poderoso como Peralta.
Podrás llevar un furgón de documentos probatorios de tu denuncia al tribunal, tener abogados tan buenos y tan caros como los que tiene el Ministro, y no te darán la razón. Ningún juez, óyelo bien querido amigo Faña, ningún tribunal de este país, condenará al súper ministro. No te hagas ilusiones.
Si Faña está contando con los jueces de este país, con la justicia de este país, se jodió, será condenado y terminará en la cárcel de La Victoria o en el 15 de Azua. (En este país no hay justicia, salvo para los pobres que terminan presos o muertos en intercambios de disparos con la Policía)
La mayoría de los jueces han llegado a esa posición plegándose a los intereses del PLD. Muchos incluso militan en ese partido, reciben órdenes de los dirigentes de ese partido. Si alguien lo duda que observe como la querella por difamación e injuria interpuesta por el ex presidente Hipólito Mejía contra el baboso de Wilton Guerrero, senador de Baní, ha sido desestimada o suspendida durante cuatro años.
Más de 50 sentencias y resoluciones evacuadas por el Tribunal Superior Electoral, en favor del gobierno para dividir al PRD y debilitar de paso al PRM.
Lo que sucedió con Félix Bautista es de antología procesal, no solo por el “no ha lugar”, sino por la forma en que enfrentó al entonces Procurador General de la República Domínguez Brito, a quien encrespó en plena sala de audiencia mientras el juez se mantuvo como un súbdito del dirigente político.
Podría citar muchos casos, decenas, centenares tal vez, de expedientes de corrupción en los gobiernos del PLD que han sido desestimados por los tribunales, como los de Leonel Fernández y Díaz Rúa, entre muchos otros. (Es verdad que aparecen jueces honorables, pero temerosos; se inhiben, envían suplentes, solo para no contradecir las ordenanzas de los líderes del PLD. Ellos también son presos, pero del miedo)
Lo que acaba de suceder con el show de Odebrecht ratifica el control absoluto que tiene el gobierno sobre la justicia y sobre el Congreso. Aquí no hay separación de poderes. Aquí hay un partido hegemónico que lo controla todo, incluso la prensa.
Faña será condenado irremediablemente, no por falta de pruebas y de razón, sino por la complicidad judicial con la corrupción de la que forma parte.
Faña Irá preso, no tengo dudas, a menos, claro está, que su partido asuma su caso, no en los tribunales, sino en otros escenarios de la lucha política donde debe ser enfrentado el gobierno.