Al celebrarse este lunes 26 de junio el “Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas”, desde Casa Abierta arrastramos la frustración de ver cómo en nuestro país se mantiene una política basada en mitos y estereotipos, centrada en conceptos superados, que vulnera cada día los derechos individuales de las personas. Después de 30 años de conmemoración en nuestro país se sigue con la fracasada guerra contra las drogas, tolerancia cero, criminalización de las personas usuarias, medidas preventivas aisladas y de poco impacto, pobre acceso al debido tratamiento, nulas políticas de reducción de riesgos y daños, y ausencia absoluta de políticas de reinserción social.
Se criminaliza y se trata como delincuentes a las personas usuarias, cuando ya en el mundo un número creciente de naciones han desterrado estas políticas injustas e inhumanas que solo dañan a las personas, y desbordan los sistemas de justicias y de privación de libertad. Estas políticas han generado un crecimiento desproporcionado de personas procesadas legalmente por violación a leyes de droga en todo el mundo: 80% en Centroamérica, 145% en Suramérica. En nuestro país, de acuerdo a datos oficiales, la mayoría de las personas procesadas por violación a la ley 50-88, lo son por simple posesión, es decir personas usuarias.
Este nuevo 26 de junio sería una celebración en nuestro país si el presidente Lic. Danilo Medina obrara con justicia decretando el indulto a todas las personas inocentes procesadas o condenadas solo por ser consumidoras. Son personas, en su mayoría jóvenes de comunidades empobrecidas, que no han cometido delito alguno. Solo que la arcaica e inconstitucional ley 50 -88, violatoria de derecho, convierte en delincuentes a las personas inocentes consumidoras de sustancias, una conducta privada, que en el 90% de los casos, no tiene ninguna repercusión social.
El “Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas será una celebración, cuando se decida cambiar de una mirada netamente represiva, centrada inútilmente en reducir la oferta, a una mirada humana, centrada en reducir la demanda. Sería una celebración, si se decide seguir las orientaciones de la ONU, y todos los organismos internacionales, que llaman a dictar leyes justas, empezando por la despenalización de los consumos, y la aplicación de penas que guarden proporción con los delitos no violentos vinculados al tema de las drogas. En la República Dominicana se sigue dejando en mano de autoridades represivas un fenómeno social complejo que requiere de intervenciones multisectoriales y multifactoriales.
Desde diciembre de 1987, la Asamblea General de las Naciones Unidas –ONU, mediante resolución 42/112, estableció el 26 de junio como “Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas”. Muchos gobiernos desconocen la relevancia de esta determinación de la ONU, que recientemente (UNGASS, 2016), ha recomendado a los Estados nuevas medidas para definir políticas más actualizadas. Se insiste en abordar la reducción de demanda y oferta, y mejorar el acceso a medicamentos controlados. Una adecuada política contra las drogas debe dejar detrás la práctica y discurso guerrerista, para centrarse en la defensa de los derechos humanos de jóvenes, niños, mujeres, y comunidades. La prevención y el tratamiento, las políticas y prácticas condenatorias proporcionales en delitos relacionados con drogas.
Los Estados que han avanzado son aquellos que han puesto a los seres humanos, los derechos y la salud en primer lugar. Nuestro país puede estar entre estas naciones. Solo falta la voluntad de avanzar hacia un sistema nacional integral de atención al fenómeno de las drogas.