Cuando llega a un país civilizado, todo primate de esta jungla se convierte (¡acéchenlo!) en el ser muy educado. No se pasa los semáforos en rojo. No circula en vía contraria. No estaciona donde está prohibido. No circula en exceso de velocidad. No bloquea el paso del peatón. No difunde música a todo volumen. No se mea en ningún espacio público…Porque sabe, incluso antes de llegar, que en tal país hay leyes que le dan duro por la cabeza y por el bolsillo. Conclusión: la única manera de educar a los bárbaros es aplicando rigurosamente la nueva ley de tránsito, que entró en vigencia en esta tribu y nadie la respeta.