En el emotivo encuentro, la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica anunció que solicitará a la Alcaldía del Distrito Nacional que una calle de la capital lleve el nombre del ingeniero santiaguero.
SANTO DOMINGO. – En un acto caracterizado por la sencillez que fue sello distintivo del pasado rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), ingeniero Rafael Corominas Pepín, en el que las lágrimas y las risas protagonizaron los momentos de evocación, su familia hizo entrega de sus libros a la Biblioteca Emilio Rodríguez Demorizi de la academia, como fuera su deseo antes de fallecer.
“No hay una palabra exacta que pueda describir la gran persona que eres, sí, que eres, porque quien deja huellas jamás deja de ser”, expresó la joven Iral Corominas, al dirigir un mensaje a su abuelo, y que provocó las lágrimas de sus parientes y de los amigos que se habían reunido en la sala Julio Ravelo de la Fuente.
Iral definió en tiempo presente a un abuelo responsable en todos los ámbitos en los que se desenvolvía, altruista, desinteresado y caritativo. Recordó la sonrisa más radiante que pudiera existir: la de su abuelo, quien falleció el 14 de septiembre de 2016 a los 88 años.
“En la familia, nos enseñó que es mejor amar a los suyos mientras viven, que quitarse culpa por no haberlos amado cuando ya se fueron. Siempre reservando una sonrisa de esperanza para los momentos más difíciles junto a una palabra de aliento”, narró.
Mientras, el Rector del INTEC Rolando M. Guzmán definió a don Fello, como era conocido, como una especie de Rey Midas que convertía en éxito todo lo que tocaba. “Éxito en su rol como educador, en su rol como funcionario público, como líder profesional y particularmente en su trabajo intelectual y así en un gran número de facetas. En cada actividad dio muestras de capacidades excepcionales, de talento particular. Y es para nosotros una suerte de que ese talento tan especial, fue puesto a disposición de nuestra institución en un momento histórico en el que realmente lo ameritaba”, afirmó en unas emotivas palabras.
El catedrático señaló que como rector del INTEC es motivo de satisfacción y de miedo haber sido antecedido por Corominas Pepín. “De miedo porque no tendría pretensiones de poder ocupar los zapatos de un gigante como él, pero al mismo tiempo es motivo de satisfacción porque cada día su recuerdo es una inspiración para mi trabajo. Pienso qué habría don Fello en una situación como esta y ese simple pensamiento es la clave para la solución de un problema”, manifestó.
“Veamos este encuentro como un momento de mucha alegría y aunque en determinado momento salgan algunas lágrimas, porque es natural, que eso no oculte que es un momento de regocijo para celebrar a través de un gesto tan simbólico como la donación de libros, lo que fue una vida de entrega para la sociedad dominicana. Espero que la memoria de don Fello a través de su obra intelectual, familiar y personal en todos los sentidos sea para nosotros una fuente de luz que nos siga iluminando”, dijo Guzmán.
Su hija Mayra Corominas, quien pronunció unas palabras en nombre de sus hermanos, habló de un padre que era compinche de sus hijos, un compañero de luchas, un ser humano íntegro que se reía de sus travesuras.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica, Leonardo Reyes Madera, definió al también fundador del INTEC como un mentor, un tutor y un consejero espiritual fuera de serie, razón por la que la entidad que él dirige puso todo su empeño en entregar a la biblioteca de esta universidad sus libros, invaluables tesoros, de la manera más ordenada.
La directora de la biblioteca, Lucero Arboleda de Roa, culminó el evento afirmando que la academia a la que Corominas Pepín se entregó en cuerpo y alma debía asumir el compromiso de recuperar su patrimonio intelectual, sobre todo sus estudios sobre sismología.
A la actividad asistió la viuda de Corominas Pepín, doña Yolanda López; sus hijos Mayra, Rosa María, Rafael y Máximo Corominas; sus nietos Jaime Corominas, Jaime Corominas, Maritza Capellan, Laura Corominas, Mariel Corominas, Noelia Peláez, Fernando Peláez, sus bisnietos Sienna y Liam Rose Anderson y sus demás parientes Ernestor Molina y Fernando Peláez.
Sus amigos Noel de la Cruz, Leonardo Reyes, Romeo Llinás, el decano del Área de Ingenierías Arturo del Villar y el director de la carrera de Ingeniería Civil, Martín Abott.