En esta semana el mundo fue sorprendido por una noticia que a todas luces parece algo descabellado y absurdo: Una condena de 9 años de prisión en contra del ex presidente brasileño Luiz Ignacio Lula Da Silva.
Y digo que es una acción descabellada y absurda porque todo el que conoce mínimamente la realidad política brasileña sabe muy bien que todo es una trama política impulsada por sectores conservadores y enemigos del PT, para evitar que Lula sea candidato en las elecciones del año próximo y se convierta nuevamente en presidente de Brasil.
Lula es un líder político de dimensiones internacionales. No solo fue uno de los mejores presidentes de Brasil, sino uno de los líderes mundiales que más aportó a la nueva realidad económica en las últimas dos décadas. Durante los dos gobiernos de Lula, Brasil creció de manera sostenida y se convirtió en la septima economía del mundo, Lula fue el lider principal de los llamados países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se convirtieron en la punta de lanza del nuevo desarrollo económico mundial y que enfrentó el poderío de Estados Unidos. Durante los gobiernos de Lula 40 millones de brasileños salieron de su condición de pobreza y alcanzaron el nivel de clase media, Brasil pagó su deuda al FMI y le prestó más de 20 mil millones de dólares y además realizó una gran revolución educativa que permitió acceso de los pobres a la educación primaria, secundaria y universitaria. Y entre muchas otras cosas, Lula en una década de gobierno logró reducir a la mitad los niveles de desempleos de Brasil llevándolo a un 5.7%.
Fruto de los efectos positivos de esas políticas públicas impulsadas por Lula, el siguió y sigue siendo una de las figuras más populares y más queridas de Brasil. Su popularidad nunca se ha debilitado ante la población brasileña y por eso en el día de hoy está en primer lugar en todas las encuestas políticas y se perfila como el ganador de las elecciones del año próximo y virtual presidente de esa nación suramericana. Es por esa realidad que a Lula se le ha estado procesando por supuesta corrupción. Y digo supuesta corrupción porque la acusación contra Lula es una ridiculez si partimos del hecho de que siendo presidente manejó más del 5 mil billones de dólares en los presupuestos, y absurdamente lo procesan porque supuestamente una empresa privada le regaló un apartamento valorado en unos 700 mil dólares.
Quien acusa a Lula es un juez populista y abiertamente enemigo de Lula y el PT, llamado Sergio Moro, que incluso ha usado pruebas ilegales y ha violado todos los procedimientos jurídicos en su afán por impedir que Lula sea candidato en la próxima contienda electoral. Moro está siendo usado por los sectores atrasados de Brasil para intentar vanamente que Lula sea nuevamente presidente.
Y esa situación el propio Lula lo predijo cuando siendo presidente, y al ser cuestionado por todas las políticas públicas que favorecían a los pobres, dijo lo siguiente: “Nunca pensé que poner un plato de comida en una mesa de un pobre, generaría tanto odio en una élite que tira toneladas de comida a la basura todos los días”.
Esa es la verdad de las acusaciones contra Lula: Es un intento inútil de impedir su candidatura. Ese expediente contra él es descabellado, absurdo y ridículo. Y no va a impedir lo que quiere el pueblo mayoritario de Brasil: Lula será nuevamente presidente.
Euri Cabral
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