Por Radhamés Gómez Sánchez.-La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón u Orden del Temple era una organización militar fundada en 1118 en Jerusalén por los caballeros franceses Hughes de Payns y Godofred de Saint Omer con la finalidad de dar protección a los peregrinos que visitaban Palestina después de la Primera Cruzada. Tras la caída de Jerusalén en manos de los musulmanes en 1187, los templarios se trasladaron sucesivamente a Antioquía, a Cesarea y a Chipre. Merced al permanente flujo de dinero y de suministros que mantuvieron con Europa, los templarios amasaron una vasta fortuna y se convirtieron en banqueros de algunas de las principales casas reales europeas. Esto les valió un poder considerable, que dio lugar a numerosas historias que circulan hasta hoy, pero también les granjeó la envidia de miembros del clero y la nobleza. Y acabaron perseguidos, arrestados y quemados en la hoguera como herejes. Su fortuna se repartió entre el rey de Francia Felipe IV y Eduardo II de Inglaterra. Los templarios tomaron su nombre del Templo de Salomón, del cual se proclamaban guardianes. La palabra española templo se derivó del latín templum, que designaba un 'lugar generalmente amplio desde donde los augures podían contemplar el vuelo de las aves'. Con el tiempo, fueron adquiriendo este nombre los lugares consagrados a los dioses, y algunos autores clásicos llamaron así también al Senado romano o a la tribuna de este cuerpo. Se cree que la palabra latina deriva de la raíz indoeuropea tem- ‘cortar’, puesto que el templum de los augures era un lugar que había sido elegido o recortado para ese uso. Cabe acotar que la Orden del Temple se llamó así en español, y no "del Templo", por calco del francés temple 'templo'.