El documento leído al final del recorrido nacional itinerante realizado por la marcha verde por calles del Distrito Nacional, el 19 de julio, es el mismo, con algunas variantes, con el que un grupo de intelectuales y aventureros solicitaba la renuncia del presidente Danilo Medina, así como el cese de todas las funciones electivas, un gobierno provisional y la organización de nuevas elecciones generales.
La solicitud de investigación penal del presidente está basada en las mismas falacias que la solicitud de su renuncia: 1-Licitacioon y adjudicación fraudulenta de la construcción de las termoeléctricas de Punta Catalina; 2-Sobrevaluación de esa obra; 3-Admisión por parte de Juan Temístocles Montas de que el presidente Danilo Medina había sido beneficiado del financiamiento de campaña ilegal por parte de Odebrecht.
No repararon que entre la publicación de ambos escritos había mediado la presentación de un informe sobre todo el proceso de licitación y contratación de las plantas a carbón que ocupó durante seis meses a una comisión integrada por personalidades que por sus trayectorias son merecedoras de admiración, consideración y respeto, y que para que su labor estuviera acompañada de la experticia requerida contrataron una firma internacional para la realización de una evaluación técnica financiera de todo el proceso, y en un informe de 285 páginas, trece secciones y siete anexos explican con lujo de detalles todo lo que ocurrió con Punta Catalina.
Su conclusión establece que no hubo irregularidades en la licitación y que lejos de haber sobrevaluación el costo de las plantas está un 6% por debajo de similares en otras partes del mundo, pero lejos de cuidarse de repetir lo que se ha demostrado que es mentira, la emprendieron contra los empresarios que formaron parte de la referida comisión, proclamando, sin reparos de insolencia, que “profundamente convencidos de que el proyecto de Punta Catalina es un cuerpo de delito, y de que la delincuencia política está aliada a los más antidemocráticos grupos empresariales y sociales para mantener a nuestro país embarrado con el lodo de la corrupción y la impunidad”.
Otra falsedad del documento anterior repetida en el discurso reciente manipula la admisión de Juan Temístocles Montás de haber recibido aportes de Angel Rondón a sus actividades de campaña, referida en la delación premiada de Marcos Vasconcelos Cruz como algo que posiblemente ocurrió, pero ni sustenta que haya recibido sobornos ni que las contribuciones recibidas de parte de Rondón provinieran de Odebrecht.
Rondón es un empresario que entre sus capítulos de negocios tiene la representación de Odebrecht en la RD, pero a la vez desarrolla otras actividades empresariales, un aporte suyo sea de sus utilidades con Odebrecht o provenga de beneficios de otras empresas, no es ilegal, ni compromete a Danilo Medina, que por los compartimentos que operan en una campaña, no tenía que estar al tanto de esa donación, pero además, los aportes que un empresario hace a la campaña de un candidato presidencial son entregados de manera directa al propio candidato.
Otra deprecación es la que añade a la de Medina la petición de investigación penal de los expresidentes Leonel Fernández e Hipólito Mejía, la razón está argumentada en el panfleto anterior: “Lo que realmente pondría a temblar el sistema corrupto e injusto que tenemos sería la irrupción de nuevos liderazgos y actores sociales y políticos que tengan la confianza …”
Esos nuevos líderes se dicen ser ellos, solo que el elector, como siempre, los ignora en las urnas.