La pobreza afecta a una buena parte de la población, principalmente a las mujeres por la falta de oportunidades para lograr educación, vivienda, salud y empleo de calidad que le permitan vivir dignamente junto a su familia sin tener que “buscar marido para salir de la pobreza”. (Una mujer pobre, con un marido pobre es pobre dos veces y tres veces cuando nacen los hijos sin que el gobierno lo impida).
El aborto, que algunos sectores religiosos y políticos pretenden penalizar, incluyendo las tres causales, a saber, cuando está en peligro de la madre, inviabilidad de la criatura o feto y violación sexual, a quienes perjudica mayoritariamente es a las mujeres pobres.
Penalizar el aborto en cualquier circunstancia es una aberración anacrónica que sirve para demostrar el atraso medieval de nuestros legisladores y políticos.
Aunque el porcentaje de mujeres en las universidades hoy día es mayor que el de los hombres, no significa que automáticamente salgan de la pobreza, ni que estén en mayoría insertadas en el mercado laborar con salarios similar al de los varones que ocupan la misma posición o cargo, salvo “las preciosas de Danilo” que tienen sueldos que sobrepasan los 500 mil pesos más otros “beneficios”.
Pese a la inversión del 4 % del PIB en educación, se tomara tiempo ver los resultados en los barrios y comunidades más carenciados del país porque la política sigue siendo un factor. En Bolivia, por ejemplo, el analfabetismo fue eliminado en más de un año. En nuestro país lleva seis años y aún no concluye más que en los medios de comunicación.
En educación superior estamos a años luz de muchos otros países a pesar que la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es la más vieja del continente. El presupuesto que le otorga el gobierno no alcanza para la extensión y la investigación que le permita estar entre las mejores del hemisferio.
El presidente Danilo Medina ha dicho, ante el asombro de todos, que las mujeres pobres, la mayoría adolescentes, buscan marido para salir de la pobreza, lo que las lleva a parir dos, tres y hasta cuatro hijos buscando estabilidad económica y al final se queda como madre soltera, lo cual calcula ocurre en un 40 % de los hogares. Significa que las mujeres de los barrios se prostituyen pobremente.
Me pregunto, ¿Por qué una mujer pobre se busca un marido al que le pare sus hijos para luego ser abandona convirtiéndose en jefa de familia, sin techo, educación ni salud? ¿Acaso no es el Estado el que produce con su inequidad los cinturones de pobreza? ¿Dónde termina el tan cacareado crecimiento económico del rico y poderoso gobernador del Banco Central? ¿En las 20 y tantas familias dueñas del país y en los bolsillos de los políticos corrutos que dirigen la nación? ¿Qué ha hecho el PLD y sus gobiernos en 20 años para revertir esa situación? En cosas buenas somos los últimos en el mundo y la región; en cosas malas, los primeros.
Este es uno de los países más corruptos del mundo. Los más de cien mil millones de pesos que se lleva la corrupción todos los años pueden servir para evitar que las mujeres busquen marido para salir de la pobreza garantizándole educación, salud, empleo, vivienda y alimentación.
Eliminar la corrupción y crear políticas públicas que no atenten contra la dignidad y los derechos inalienables de la mujer, es lo que debemos hacer, eliminando los prejuicios, el machismo y el sexismo propios de una sociedad de hombres.