¿Está atrapado en un callejón sin salida el presidente de Venezuela Nicolás Maduro? Los acontecimientos recientes parecen indicar que sus días en el poder podrían estar contados.
Solo lo salvaría si cambia de actitud, rectificando medidas criticadas acremente no tan solo por la oposición venezolana sino por la comunidad internacional.
Ahora enfrenta a importantes sectores militares que públicamente proyectan señales de que están decididos a empuñar las armas para poner fin a la represión que impone el régimen de Maduro contra los opositores de su gobierno.
El asalto fallido la madrugada de este domingo a una base militar que dejó un saldo de dos muertos y ocho heridos, sería el detonante incendiario de una crisis política que lleva varios meses.
Aunque algunos sectores creen que se trata de una estrategia de contrainteligencia militar de las autoridades para identificar cuáles son los miembros de los cuerpos armados que están en desacuerdos con las acciones gubernamentales.
Maduro ha desestimado las constantes exhortaciones de diálogos con la oposición de Venezuela y ha optado por la imposición y la represión, como ocurrió con la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente el pasado viernes pese a la advertencia hecha desde el exterior por diversos líderes entre ellos, el Papa Francisco.
Con esta medida se despojó de poderes al anterior Parlamento, de mayoría opositora, electo en el 2015.
También la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, fue destituida el sábado del cargo tras los asambleístas constituyentes votar a unanimidad a instancia del constituyente Diosdado Cabello, quien solicitó además inhabilitarla.
El abuso excesivo del poder nunca termina bien para quien asume ese comportamiento aunque algunas veces erróneamente nos llevamos de las pasiones y hasta de malos consejos que sostienen que “el poder es para usarlo”.
Muchos gobernantes pierden la cabeza y caen en la sinrazón cuando disfrutan de las mieles de un cargo que al final es transitorio.
En los momentos actuales ser líder de una nación y conducir los destinos del Estado es una tarea muy compleja que requiere de habilidades, inteligencia y tacto muy especiales.
Cualquier error político se puede pagar a un precio alto que eventualmente podría costarle a quien gobierna no tan solo el poder sino hasta la vida.
Ningún jefe de Estado de América Latina puede gobernar al margen de la influencia que ejerce actualmente la sociedad civil y los medios de comunicación.
Y precisamente hoy es más complejo la instauración de una dictadura al estilo de las que prevalecieron en la región en las décadas del sesenta inclusive hasta del ochenta.
¿Quién puede Mediar?
La crisis política y económica que sacude a Venezuela va a requerir del concurso de todos los componentes de esa sociedad, y de ninguna manera los chavistas y maduristas pueden llegar a pensar que son los que tienen la verdad en las manos.
Entre los propios seguidores del difunto presidente Hugo Chávez Frías y los principales estrategas del gobierno de Nicolás Maduro se advierten serias diferencias que ya comienzan a transcender públicamente.
Hasta el punto de que integrantes de los denominados “chavistas críticos” vienen participando conjuntamente con dirigentes de la oposición de actos de protestas contra Maduro.
A este cuadro se agregan las continuas manifestaciones y marchas callejeras en las calles de Caracas y otras ciudades promovidas por la oposición que llevan ya tres meses con balance de más de 130 personas muertas y miles de heridos.
El desabastecimiento de alimentos y medicamentos se ha agravado en perjuicio de los sectores pobres de Venezuela que ya no resisten más niveles de inflación.
Varios países latinoamericanos entre estos México, Colombia, Costa Rica, Panamá, Perú, Brasil y Argentina rechazan y desconocen la Asamblea Nacional Constituyente de la República Bolivariana de Venezuela. Se suman así, a la posición del Vaticano que también pide al gobierno de Maduro respetar los derechos humanos.
Sanciones Económicas
A ello, se agrega la aplicación de sanciones económicas impuestas por el gobierno de Donald Trump contra el régimen de Maduro, que podrían ser más severas en los próximos días, según han advertido funcionarios de la Casa Blanca.
El éxodo de venezolanos al exterior va en aumento y de acuerdo al diario español El País en el caso de Colombia, el 2016 más de 370.000 venezolanos ingresaron a ese país, un 15% más que el año anterior.
Las peticiones de asilo también se han disparado, según ACNUR. Estados Unidos es el que más ha recibido (18.300), seguido de Brasil (12.960), Perú (4.453), España (4.300) y México (1.044).
República Dominicana también ha recibido a miles de venezolanos en los últimos meses que se dedican en su mayoría a las ventas de mercancías en las calles y avenidas Santo Domingo y otras ciudades.
Los próximos días serán decisivos para apreciar hacia dónde se encamina la grave crisis por la que atraviesa Venezuela.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Domingo, 6 de agosto del 2017